Las nominaciones a los Emmy han sido develadas y es toda una sorpresa que Outer Range haya brillado por su ausencia.
No sé si armar manifestación en Constituyentes o echarme a llorar, pero es una realidad para cualquiera que haya visto Outer Range en Prime Video que absolutamente merecía un lugar entre la batalla por las mejores series del año, y ni hablar de sus actores que nos regalaron interpretaciones dignas de ovación.
Protagonizada por un espectacular Josh Brolin como Royal, Outer Range se hace pasar por un western para ir revelando poco a poco que en su interior se encuentra, por un lado un fatídico drama familiar, y por otro, una excelente premisa sci-fi.
Sí sucede en un rancho, y como buen melodrama western, a la Dallas, hay dos familias encaradas por temas de territorio. Pero este rancho tiene una particularidad. Perdido entre sus muchas hectáreas se encuentra un agujero en la tierra. Una especie de portal, abismo, claramente no de este mundo que Royal encuentra en un paseo sin saber exactamente que hay detrás del espacio etéreo.
Todas las que sí están nominadas al Emmy este año.
Sin entrar mucho en spoilers, el hueco está relacionado con la temporalidad del espacio, y curiosamente no es forzosamente el elemento protagónico de la serie, pero un accesorio para darle dimensión. El detalle estelar es un asesinato. Uno que sucede afuera de un bar y que involucra a los dos hijos de Royal, y a su familia antagonista, cuyo patriarca es Will Patton, otro pedazo de señor actor que en varios capítulos te deja con la mandíbula en el suelo luego de echarse unos monólogos que pasan de la rabia a la demencia. Brillantes.
Y hay una tercera jugadora en el tablero. Una viajera misteriosa de nombre Autumn que llega al rancho de Royal pidiendo asilo, y poco a poco comienza a sacar sus cartas para demostrar que está intrínsecamente relacionada con el portal en el rancho, y que sus intenciones no parecieran ser tan loables como predicó en un inicio. Imogen Poots hace un trabajo fantástico de volver a Autumn francamente hipnotizante y compleja. Detalle necesario para que el final de temporada de la serie sea todo un golpe al estómago.
Pueden verlos en acción aquí (escena sin spoilers):
Outer Range no tiene personaje flojo. La matriarca de la familia está interpretada por la enormísima Lili Taylor con absoluta garra y coraje, y uno de los más fascinantes es personificado por Noah Reid de Schitt’s Creek, el hijo joven de la familia némesis que vive en una penumbra de sociopatía, evidenciada por el sinnúmero de canciones que canta durante la serie, que no sólo se disfrutan vocalmente de forma brutal, pero perturban hasta la médula desde una entrega fría y despersonalizada que se siente poco humana.
El manejo de la ciencia ficción es sutil. Outer Range no está preocupada por aventarte a la cara teorías y conceptos complicados. Las afectaciones del portal se van revelando a cuenta gotas y mientras eso sucede, la dirección se enfoca en construir a sus personajes desde lo dañino, y a crear tensionadas conversaciones que retan a sus actores a transitar por un gran rango de emociones y realmente demostrar de lo que son capaces. Un poco la misma razón por la que White Lotus precisamente logró tantas nominaciones al Emmy este año para su talento. Razón mayor para encontrar frustrante que los premios hubieran ignorado este gran proyecto.
Un viaje muy poco predecible, de mucha creatividad y conceptos interesantes de excavar, que en ese sentido podría sin problemas compararse con Severance -otra que sí consiguió varias nominaciones al Emmy- que a pesar de haber sido anulada por los premios merece un definitivo vistazo. Te la encuentras en Prime Video, no te dejes engañar por los sombreros vaqueros en el poster, éste no es un relato a la Clint Eastwood, pero uno que pondría de cabeza a The Twilight Zone.
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