Tras la noticia del fallecimiento de Olivia Newton-John a los 73 años de edad, la recordamos por la enorme artista que era.
Ayer recibimos la noticia del fallecimiento de Olivia Newton-John a los 73 años de edad en su rancho en California. Su esposo, John Easterling, quien compartió la noticia, no expuso una causa en específico, aunque sí se sabía que el cáncer de mama con el que había batallado desde el 92 y que por años permaneció en remisión, le había regresado en 2017. Lo que es un realidad es que amantes del cine, los musicales y la música pop lamentaron su muerte en todo el mundo.
Muchos la recordaron por su trabajo legendario como Sandy en Grease, que seguirá siendo uno de sus más épicos, pero para la cultura pop, Olivia Newton-John deja un enorme legado que no empieza en Rydell High-School ni termina con «You’re the one that I want».
Olivia Newton-John nació en Inglaterra en 1948, aunque en realidad mucha de su vida la pasó en Australia, a donde se mudó a los cinco años de edad. Lugar que permaneció por años siendo su hogar y en el que hizo mucho de su trabajo benéfico y pro lucha contra el cáncer hasta el final de sus días con la fundación Olivia Newton-John Cancer and Wellness Center en Melbourne.
Newton-John desarrolló sus habilidades vocales desde temprana edad, ganando su primer concurso de talentos a los 17 años, mismo que le permitió regresar a su natal Inglaterra para comenzar a consolidad su carrera como cantante. En 1971 tuvo su primer sencillo internacional llamado If Not For You, cover de una canción de Bob Dylan, que la metió de lleno al country-pop, y la hizo llegar al Billboard 100 en el lugar 25 a nivel mundial.
Después lanzó dos más: Banks of The Ohio y Let Me Be There, éxitos que le dieron un Grammy cada uno. Pero su carrera tocó la cúspide, en efecto, en 1978 con la película musical Grease, en la cual dio vida a la inocente Sandy, que durante gran parte de los 70 la mantuvo con una imagen de niña buena y virginal; pero como la misma Sandy en pantalones de cuero, para finales de los 80 se había despojado del look «girl next door» para dar lugar a una pop star sexy.
Después del triunfo de Grease en la pantalla grande, Olivia Newton-John se volvió estrella de cine, participando en otras películas musicales como Xanadu, en la que compartió créditos con Gene Kelly, pero que fue todo un fracaso en taquilla en su momento; o Two of a Kind de 1983 en la que se reencontró con John Travolta, a la que también le fue terrible en taquilla y con la crítica (de hecho, Olivia recibió una nominación al Razzie como Peor Actriz por ésta), pero cuyo soundtrack la llevó a ganarse un disco de platino.
En la década de los 80 se coronó como la “reina del pop fitness” con el álbum Physical, controversial para la era por su carga sexual y guiños homosexuales, especialmente con la canción cuyo título lleva el disco, que fue censurada -junto con su videoclip- de MTV en el 81, pero que se mantuvo 10 semanas seguidas en el tope del Billboard 100. Con Physical, Olivia Newton-John se convirtió en una de las artistas pop femeninas más exitosas de inicios de la década, y popularizó el active wear deportivo como un estilo de moda, después retomado por otras artistas como Madonna y Kylie Minogue.
Sin embargo, para 1992 la vida de Olivia dio un giro inesperado luego de ser diagnosticada con cáncer de mama, poco después del lanzamiento del disco Back to Basics, cuya gira tuvo que ser cancelada para que ella pudiera tratar la enfermedad, lucha que la llevó a convertirse en activista y promotora de la investigación contra el cáncer, e incluso en embajadora de Liv-Kit, un producto para la autoexaminación.
Claro que el cáncer no fue la única causa con la que se involucró. El medio ambiente, la naturaleza y los animales siempre fueron cercanos a su lucha. En 1978 canceló presentaciones en Japón para protestar el asesinato de delfines en el país. De hecho, su canción The Promise, fue inspirada precisamente por delfines que conoció en Sea Life Park en Hawaii, y ella siempre vocalizó que la letra fue un regalo de ellos. Colaboró con UNICEF en apoyo a la niñez y fue nombrada Embajadora al Programa Ambiental de la ONU.
Artísticamente su carrera nunca tomó una pausa, aunque mucha de ella sucedió en Australia y Canadá, especiales de Navidad, y en estaciones de radio de música country primordialmente. En 2000 interpretó Dare to Dream para los Juegos Olímpicos de Sydney, y en 2009 regresó al top 100 de Billboard gracias a Glee y su nueva versión de Physical interpretada junto a Jane Lynch.
Por tres años, Olivia Newton-John mantuvo una residencia en el Flamingo Las Vegas con el show Summer Nights, y posterior a eso lanzó dos exitosos y últimos sencillos, ambos con su hija Chloe. El primero, You Have To Believe, fue inspirado en la película Xanadu, en cuyo set conoció al papá de Chloe, Matt Lattanzi, razón por la cual para ella era importante hacer este homenaje; y el segundo, Window In The Wall, estrenado en enero de 2021, que logró alcanzar primera posición en iTunes.
Artistas como Olivia Newton-John nunca serán olvidados. Regalaron talento y trascendieron a través del arte. Transmitieron emociones, compartieron momentos y promulgaron sentimientos tan valiosos que marcaron a una generación y tocaron el corazón de muchísima gente. A Olivia ya la han despedido de manera amorosa personas como Barbra Streisand, John Travolta, Nicole Kidman y Elton John entre muchísimos otros.
Sus acciones y su dedicación perdurarán por siempre. Olivia Newton-John, descansa en paz.