A días de irse al Fringe de Edimburgo hablamos con Stephano Morales sobre este viaje de Comala, Comala el musical al otro lado del mundo.

Mientras en París los mejores atletas de todo el mundo se dan cita en los Juegos Olímpicos, en Edimburgo el gremio teatrero está reunido este agosto para disfrutar montajes y producciones también de muchísimos países, en lo que podríamos llamar las Olimpiadas del teatro: el Fringe Festival de Edimburgo. Y ahí, representando a México, con el folclor más nacional posible, un musical: Comala, Comala.

Comala, Comala con música de Pablo Chemor, el que hasta hace poco era Director Musical de Cabaret, estrenó el año pasado en México en distintos foros, algunos teatros, algunos simples rincones transformables, con pocas funciones, pero las suficientes como para quedarse en la mira y memoria de los teatreros.

Con su formato de lectura dramatizada, su música profundamente mexicana y al mismo tiempo nada que suene a disfraz de nuestra cultura, y una historia adaptada de «Pedro Páramo» de Juan Rulfo, Comala, Comala se asentó como una propuesta distinta y fresca, con un elenco además espectacular, todos haciendo varias partes de los muchos personajes vivos y muertos de «Pedro Páramo», entre ellos, María Penella, Conchi León, Aída López y, Stephano Morales, quien en la puesta da vida al mismísmo Juan Preciado.

Así que a tan sólo un par de días de encaminarse hacia Edimburgo a vivir la fantasía Fringe, y con los productores, Alejandro Bracho y Alons Teruel ya del otro lado del océano, esperándolo para comenzar a vivir la aventura, nos pusimos en contacto con Stephano para platicar de sus planes y expectativas.

Primero que nada, ¡muchas felicidades!, y segundo que todo, cuéntame un poquito, ¿qué implica irse al Fringe Festival de Edimburgo?

Llevamos como dos años planeando ir al Fringe. Digo, yo me agregué a “Comala, Comala” en una segunda etapa, primero hubo de planeación, creativos, producción, en esta segunda etapa en la que yo me uno, ya estaba el plan de irnos al Fringe. Pero no lo habíamos logrado por tiempos de montaje… la logística está cañona, llevarnos la escenografía para allá ha sido todo un reto. Entonces han sido dos años de planeación.

¿Y qué implica? Híjole, yo me siento muy emocionado y también muy orgulloso de poder participar en ese Festival que es el más grande del mundo, y van producciones de muchos países. Es una celebración del teatro. Y justo ahorita que también están los JJOO me da un sentimiento de encuentro y de unión, porque el teatro también une muchas mentes, muchos gustos, muchos estilos. Yo estoy listo para dar lo mejor de mí y también aprender mucho de lo que vea por allá.

Poniéndome un poco operativo, ¿cómo es que funciona el Fringe? Es decir, ¿cuántas funciones dan, en qué tipo de teatro están, o quizá lo van a vivir como en Lago Algo que no estaban en un teatro per se, sino una locación?

Allá sí vamos a estar en un teatro, nuestra última temporada aquí en México también fue en un teatro y fue justo porque queríamos probar el tipo de espacio que íbamos a tener allá. El público se sube al escenario con nosotros y al mismo tiempo va a haber butaquería. Va a ser el mismo concepto íntimo, pero con más alcance, porque sí nos va a poder ver más gente que aquí. Vamos a tener 25 funciones durante el mes. Diario. Vamos a descansar los martes y todos los demás días vamos a estar dando funciones.

¡Me parece muy injusto que los escoceses los van a ver más que nosotros aquí en México!

(Ríe) Pues sí, sí vamos a tener más funciones allá.

¿Pero sí se llevan todo? ¿La enorme cantidad de instrumentos que Pablo Chemor decidió integrar?

¡Sí! No, no, no, va todo. Los tambores gigantes llegaron primero, los instrumentos musicales nos los repartimos entre todos, yo me llevo la trompeta, por ejemplo. El piano y el gong, que son muy grandes, ésos sí tuvieron que rentarlos allá, pero es lo único, el resto de los instrumentos viajan desde México. Porque además son muy específicos. Y son de nuestros músicos. Te mentiría si te dijera que sé cómo lo logró la producción, porque wow, qué trabajo.

A mí me parece muy emocionante que sea “Comala, Comala” la que nos vaya a representar a un Festival tan internacional porque al final no deja de ser “Pedro Páramo” que es mexicanísima. ¿Cómo es para ustedes llevar algo que nace tanto del folclor y realismo mágico de aquí a gente que tal vez no lo conozca?

Para mí es un orgullo y un honor poder llevar esto a Edimburgo. Creo que es una obra muy rica de ver, no sólo por el montaje en sí, sino por todo lo que transmitimos de nuestra cultura y de nuestra historia… de México. De cómo Rulfo plasmó todas estas atmósferas en su novela y nosotros tratamos de transmitirlas a la vez a través del sonido, de la música, el canto, la actuación. También es curioso ver si le van a agarrar la onda a la cronología, que es bastante compleja en Pedro Páramo, y los referentes que son muy distintos para otras culturas, y este encuentro que hay entre la vida y la muerte que tengo curiosas por ver qué tan claro va a ser para un público internacional.

Me estoy imaginando que ustedes lo presentan en español y hay subtítulos.

Así es. La introducción y el epílogo los hacemos en inglés, pero lo demás va en español con subtítulos.

¿Y les van a dar mezcal a los europeos?

¡Sí! (ríe). Claro. Nos está patrocinando Ojo De Tigre. Les vamos a dar mezcal en esa parte en la que les damos mezcal, y además se va a activar una especie de bar ahí mismo en el venio, que por lo que entiendo es similar al Teatro Milán, que son distintos foros y un lobby, y es ahí donde va a estar el mezcal para todos los que lo quieran probar.

Y tú además de ir como actor, bien que mal, ya estando en un festival, también terminas convirtiéndote en espectador. ¿Qué expectativas tienes de poder ver en el Fringe?

Quiero empaparme muchísimo de eso. Todavía no he revisado la cartelera, pero ya quedamos que allá nos vamos a organizar para intentar ir a la mayor cantidad de eventos que podamos. Y mis expectativas son… ampliar, ampliar mi horizonte. He visto teatro en Europa, pero hace muchos años, y sí creo que de repente es muy distinto al que hacemos aquí, no mejor o peor, pero sí distinto, entonces aprendo de ver cosas nuevas, cosas que no estaban en mi panorama.

Y una última que creo que es forzoso preguntarla, pero, pasando el Festival, ¿crees que “Comala, Comala” pueda llegar a tener otra temporada aquí en México? ¿Algo quizá de mayor duración?

Yo pensaría que sí, pero sería hasta el próximo año. Creo que la producción tiene ahorita el ojo puesto en Europa, y después ya podríamos volver a México. También por cuestiones de logística porque como dije, volar la escenografía no es cualquier cosa. Por eso creo que el ojo se va a quedar un rato puesto por allá.

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