Clausura del Amor con Arcelia Ramírez y Anton Araiza es tan devastadora como potente; una huella en sangre sobre el poder abrasador de la palabra cuando es usada como lanza llamas, y el inevitable dolor que acompaña a la fecha de expiración del amor.
¿Quién iba a pensar que un cuadrilátero, no mayor al espacio de una cocina pequeña -quizá- vacío de objetos, escenografía y en su mayor parte, luces, con tan sólo dos actores al frente hablando cada uno por más de media hora de corrido, pudiera resultar en una experiencia teatral tan conmovedora y aplastante?
Clausura del Amor no es la obra que estás esperando. Aunque trata de una pareja en los últimos momentos de su relación, no se conforma por un diálogo entre ellos y escenas. Su despedida toma lugar a manera de dos monólogos ininterrumpidos que se sienten como una batalla en dos rounds, de la que nadie puede salir vivo.
Hugo Arrevillaga (director) le da a sus dos personajes los nombres de sus actores, Anton y Arcelia, dotando a esta guerra de un carácter personal, que sumado a la cercanía con la que el Foro Bellescene te presenta la acción a cuatro frentes se siente absolutamente íntima, tanto, que resulta casi vergonzoso estar presente en un momento tan vulnerable para una pareja al borde del colapso.
Es el texto del francés Pascal Rambert el que provoca que esta puesta se eleve más allá de un repetido pleito entre parejas que hemos visto demasiadas veces. Son las cosas que se dicen y las palabras que escogen para decírselo las que hacen tan dolorosa a Clausura del Amor. Ser testigo del momento en el que una persona le expone a otra que solía amar: «ya eres nadie para mí», y el impacto que provoca ver a un hombre de las dimensiones y presencia de Anton Araiza caer de rodillas derrotado por palabras de humillación y lástima.
Por supuesto que uno de los gozos más grandes del montaje es la actuación de Arcelia Ramírez, que lleva haciendo este personaje ya por cuatro temporadas, y que ahora en el Bellescene se siente tan cercana que es imposible no palpar cada una de las emociones que deja en ese diminuto escenario. Ver Clausura del Amor es convencerte de que Arcelia es sin duda una de las mejores actrices que ha cultivado este país, y qué suertudos nosotros que tenemos la oportunidad de verla desnudar sus emociones de una manera tan cruda y vulnerable a centímetros de distancia.
Clausura del Amor no es sobre cualquier relación, y en ello recae su poder apabullante. Es sobre una relación especial, uno de esos amores a los que uno le entra creyendo que nunca van a acabar, con los que uno forma una familia, hace planes, preveé un futuro, se lanza al abismo sin paracaídas, y que cuando terminan no pueden sino quemar todo a su paso y dejar llagas que nada nimio podría dejar.
La obra duele e impresiona, y deja ese hueco en el pecho que aún horas después de haber dejado el teatro uno sigue tratando de rellenar, y es por eso que sabemos que es valiosa e imperdible. Porque nada que deja tanta huella puede ser chiquito o intrascendente. Y nos viene a recordar que, en efecto, en el amor no hay reglas. No cuando empieza, no cuando se vive, y mucho menos cuando se clausura.
Clausura del Amor se presenta sábados y domingos en el Foro Bellescene.