Surrealismo visual cobra vida con haces de luz y personajes fantásticos en Abrazo, una puesta con mucha poesía en su hechura, pero un texto que se quiebra en pequeñas partecitas que no terminan por armar un todo. Idiotas Teatro vuelve a demostrar que la teatralidad es una virtud con la que pueden jugar de muchas maneras y sin necesidad de artificios con una puesta que les permite volar hacia lo pictórico e ilusorio.

El escenario de La Capilla nos recibe con un radio viejo en el que se escucha hablar de un piloto perdido llamado Ludovico, y un meteorito que se ha estrellado. Comerciales de antaño suenan de vez en cuando para regresarnos a una época, pero fuera de ese detalle, Abrazo pareciera no pertenecer a ningún tiempo. Tampoco el piloto ni el meteorito saltan a la acción de manera inmediata porque el escenario lo toman cuatro criaturas y lo que intuimos como una casa abandonada.

Abrazo obra de teatro

El primero es un ave, originalmente interpretada por un -basicamente- bailarín de la compañía que rápidamente le cede su lugar a una persona del público que toma las alas y permanece como parte del montaje desde muy al principio y hasta el final. El ave es nuestra narradora, el ajeno a este espacio que se ve atrapado por los que ahí residen que va saltando de una otra escena, siempre atrapado de alguna forma u otra.

Después aparecen una araña que pareciera hablar en acertijos, un pez que no sabe que es pez y que insiste en querer cocinar al ave, creyéndola pez, y finalmente un gato, mañoso y de ojos brillosos como los gatos suelen ser. Todos relacionados a una carta que el ave lee. Los tres interpretados por Lucina Rojas que en un espectacular trabajo de actriz de carácter construye personajes muy únicos y cargados de personalidad, haciendo además gala de un trabajo bellísimo de teatro de máscaras.

Abrazo obra de teatro

La última en aparecer y leer la carta es una mujer. La misma Lucina libre de cualquier tipo de antifaz, pero igualmente atrapada por el contexto de este lugar abandonado. Una caja…un baúl que puede ser una cocina, un carro, un cuerpo, una jaula es el otro personaje de la puesta. Una pieza escénica que es en realidad única en toda la obra, que se transforma con el movimiento y los ángulos que se nos presenten a público para volverse el único objeto que Abrazo necesita para convertir la escena en un espacio específico. Y que al lado de actores que nunca muestran el rostro o la voz, y la persona de la audiencia que se ha convertido en ave, es todo lo que acompaña a Lucina en este relato de viñetas.

Abrazo obra de teatro

El texto es mucho aire. Ideas que parecieran volar, tal como pájaros, que presumen de tener cuerpo pero resultan demasiado etéreas para concretarse. Las escenas con cada criatura terminan por ser inconexas, y la mención al piloto y el meteorito que pudieran ser el hilo conductor de toda la narración se mantienen como una constante pero nunca aterrizan para dar un clímax o un cierre satisfactorio. Las palabras son bellas, los momentos por separado cargados de estilo, pero al final del día, el texto de Cristian David acaba por ser un pretexto para que Fernando Reyes (director) pueda armar un espectáculo visual que es absoluto ludicismo. Un ensueño muy hermoso que hace gala de poder ser mágico y colorido con elementos sencillos, incluso minimalistas.

Abrazo obra de teatro

La iluminación toma un lugar estelar en la creación de cuadros que son surrealismo puro. Luces que incluso los actores llegan a cargar con linternas que usan para iluminar la caja y crear destellos entre los huecos que dan la ilusión de ser efectos especiales de fantasía y que en su centro son artesanía teatral. La visión de la pez, de cara de pescado y cuerpo de mujer, con una divertidísima personalidad para acompañar, el gato que es básicamente dos ojos verdes que flotan, las patas de una araña hechas con muletas y retazos de tela, agua que se refleja azul en un plástico que flota como con corriente, y un foco lumínico sobre el ave sentada en una silla bañada con papeles blanco, cada una una fotografía encantada. Literales pinturas que uno quisiera robar y guardárselas en la memoria.

Abrazo obra de teatro

Y ahí está el valor de Abrazo. Una obra que pareciera querer decirnos algo sobre volar, sobre permanecer, sobre mutar, que encuentra ella misma sus alas lejos de las palabras, y se eleva a partir de esa capacidad del teatro de viajarnos lejos de nuestro mundo y a otros sencillamente imposibles a partir de efectos prácticos y objetos resignificados que de pronto son hermosos donde antes eran ordinarios.

Abrazo se presenta lunes y martes a las 8:00pm en Teatro La Capilla.