Agotados es un torbellino de personajes, cada uno más divertido que el anterior, retratados todos por un único intérprete, en este caso Chumel Torres, que se posiciona como un actor nato y un comediante de cuidado en la escena teatral mexicana.
Originalmente llamada «Fully Committed», Agotados nos transporta a un día en la vida de Sam, el encargado de atender las reservaciones en el restaurante más codiciado de la ciudad: Le Mexique, y de recibir llamadas de los clientes más pedantes, un chef sádico, un papá que sólo quiere verlo para Navidad, un frienemy actor que es feliz de restregarle sus triunfos en la cara y tantos otros coloridos y divertidos personajes que se van sumando para hacerle la vida de cuadritos a Sam… quien tan sólo quiere recibir un call back para dedicarse a su verdadera pasión: la actuación.
La magia de esta obra no se encuentra per se en la anécdota, que en términos reales, es simple y sin pretensiones, pero en la manera en la que el actor encargado de darle vida a Sam, también se va convirtiendo en el resto de los personajes que lo llaman por teléfono, acabando con una variedad de más de treinta papeles bajo sus hombros, cada uno con rasgos únicos francamente hilarantes.
Chumel Torres tal vez no sería el primero que uno se imaginaría ideal como protagonista para un monólogo tan ambicioso, después de todo, Chumel es mejor conocido por proyectos fuera de la ficción, en HBO y YouTube que sí lo mantienen haciendo comedia, pero lejos del rigor actoral. De ahí entonces, que la sorpresa más grande de Agotados sea precisamente Chumel y su enorme abanico de voces, gestos y manierismos que llenan el escenario del Silvia Pinal con imágenes francamente vívidas de personajes desastrosos. Y es fantástico.
Eventualmente Sam también será interpretado por Alan Estrada y Paola Gómez, que le darán un giro personal a los personajes de la obra; pero por lo pronto, Chumel vibra y se divierte en un rubro que apenas comienza a explorar y del que sin problema podría volverse pieza importante antes de lo que imaginamos, y además espolvorea Agotados con esos one-liners politicoides que lo han hecho popular con pequeños chistes sobre la 4T y Carstens (entre otros). De modo que si eres fan del Pulso de la República, en Agotados podrás encontrar guiños del Chumel que disfrutas en otras partes.
Aunque en realidad los chistes corren por cuenta de Joserra Zúñiga, que como adaptador hace un excelso trabajo de transformar el texto de Becky Mode (originalmente situado en Nueva York) en un baúl de carcajadas perfectamente identificable para el mexicano con alusiones a lo diva de Martha Debayle, lo influyente de Adela Micha, lo extra-positivo de Toño Esquinca o meras creaciones basadas en gente que podríamos ver en la Hola o en la Quién con apellidos como Domit, Aramburuzabala o Besudo. (En Broadway saltaban nombres como el de Gwyneth Paltrow).
Al final, Agotados no deja de ser un punzante recordatorio sobre el tipo de personas que podemos llegar a ser cuando se nos otorga un gramo de autoridad; y el Sam que muchos llevamos dentro, destinado a posponer la persecución de un sueño más pasional con tal de poder pagar la renta. ¿Y no hemos sido todos un poco de ambas partes?
Agotados se presenta viernes, sábados y domingos en el Nuevo Teatro Silvia Pinal.