Un niño encerrado en su cuarto sin más compañía que una rata de juguete, se obsesiona con la idea de ganar un concurso de fotografía con una foto de su pene en Miguel Ángel, un monólogo con una Lucía Uribe francamente genial, que revela la construcción de una masculinidad desde un lugar tierno y en toda medida simpático, que esconde detrás inseguridades y fantasías que a los hombres se les inculcan desde mucho antes que lo sexual pueda jugar un papel preponderante.
Yo no soy mucho de usar la palabra «bato», pero en Miguel Ángel, un unipersonal creado por Lucía Uribe, Paula Grinszpan y Lucía Maciel, ese concepto es ideal para descibir al protagonista de la historia. Un batito, apenas llegando a la edad en la que uno se empieza a reconocer como hombre, con todos los mecanismos de defensa puestos para que el mundo exterior lo distinga como «el wey con el que no te metes», sudaderota y manierismos robados de la comunidad negra hip-hopera incluidos, que no son otra cosa sino el disfraz que -por supuesto- un chavito de cierta edad y en cierta comunidad cree que debe usar para sobrevivir la jungla urbana, en la que de manera darwiniana al más débil también se lo comen vivo.
![Miguel Ángel de Lucía Uribe](http://www.elaquelarre.com.mx/wp-content/uploads/2025/02/Miguel-Angel-2.jpg)
Miguel Ángel no es respetado por sus compañeros de clase, tampoco el mejor estudiante, ni siquiera ha soltado a Ratigán, una rata de peluche que usa de cómplice de aventuras. Aún no es un hombre, ése al que en los restaurantes reconocen y ya los meseros saben qué va a pedir sin que el hombre tenga que decirlo, pero va camino para allá. Y aún cuando sabe que popular no es una virtud con la que cuente, considera que tiene dos talentos: el rap y la fotografía… para ser más precisos, las selfies, de las que toma muchas.
![Miguel Ángel de Lucía Uribe](http://www.elaquelarre.com.mx/wp-content/uploads/2025/02/Miguel-Angel-3.jpg)
De modo que cuando se entera de un concurso de fotografía de paisaje, no duda en buscar su entrada, aún cuando por mero tecnisismo quizá la foto con la que quisiera concursar pudiera resultar problemática porque pues… sale su pene en ella. Pero él está convencido del arte en la imagen. No es una «dick pic» vulgar de las que uno mandaría con intenciones perversas, pero tiene composición. Hay una palmera a lo lejos y se alcanza a ver a una gaviota que por el mero tino de la foto pareciera que está por posarse en la mera punta del glande.
![Miguel Ángel de Lucía Uribe](http://www.elaquelarre.com.mx/wp-content/uploads/2025/02/Miguel-Angel-4.jpg)
Así que Miguel Ángel decide rifársela y primero llamar a una empleada del concurso para hacerle llegar la foto y explicarle por qué sí debería ser considerada para la inscripción dado el cuadro paradisiaco que retrata, y es con ella que mantiene una serie de conversaciones que dejan una cosa en claro: el sólo quiere ser respetado. El problema es que en lugar de estar perdiendo el tiempo hablando por teléfono con extraños y concursando en lo que sea, él tendría que estarse aprendiendo la historia de Tenochtitlán que es parte de su tarea.
![Miguel Ángel de Lucía Uribe](http://www.elaquelarre.com.mx/wp-content/uploads/2025/02/Miguel-Angel-9.jpg)
Es bello que sean tres mujeres las que retraten la experiencia masculina de la transición de niño a hombre de manera tan puntual, efectiva, tierna y carismática. Sin aspavientos, sin drama innecesario, sin necesidad de acudir a los rincones más oscuros de la psique, Miguel Ángel visibiliza en tan sólo 50 minutos de un batito y sus canciones, sus llamadas, sus reclamos y fantasías, el peso de crecer con la idea de que ya te toca ser alfa aún cuando no estás ni preparado para dejar tus caricaturas y pijamas de dinosaurios atrás, cuando no sabes ni lo que eso significa, cuando te empiezas a descubrir un ser sexual al que también se le ha dictaminado que su valía depende primeramente de su estelar genital.
![Miguel Ángel de Lucía Uribe](http://www.elaquelarre.com.mx/wp-content/uploads/2025/02/Miguel-Angel-7.jpg)
No es entonces casualidad que Miguel Ángel ponga todo su enfoque en que sea una foto de su pene la que lo lleve a la gloria, a la admiración, al respeto, al deseo de la mirada femenina y el éxito en todas sus variantes, ¿porque qué más va a hacerlo? Uribe, Grinszpan y Maciel hacen de esta alegoría un detalle simpatiquísimo que no sólo se vuelve un rolling gag invariablemente gracioso, pero hacen del protagonista de la historia un hombre inmediatamente vulnerable, una figura que reconocemos como necesitada de ganar y no podemos sino ponernos de su lado, aún cuando sabemos que la ingenuidad lo tiene arrinconado. Un niño que fuimos, que costó trabajo dejar de ser, y con el que aún cargamos de vez en cuando cuando las cosas se ponen difíciles y queremos regresar al cuarto en el que jugábamos con nuestros Ratigáns.
![Miguel Ángel de Lucía Uribe](http://www.elaquelarre.com.mx/wp-content/uploads/2025/02/Miguel-Angel-8.jpg)
Y es sin duda Lucía Uribe como intérprete del unipersonal la que termina por darle forma, pintura y detalle a un batito que en su cuerpo cobra vida de manera genial. Explosivo y atarantado, su Miguel Ángel es adorable, pero palpablemente ansioso, que a esa edad resulta imposible no serlo. Juguetón e impaciente, en sus grandes gestos y movimientos que sabemos que aprendió de los que ya tienen más street cred deja entrever a un niño al que se le está acabando el tiempo, al que en cualquier momento le toca salir al mundo real y rifársela contra los que le llevan ventaja. Y lo llena de matices, frases adorables, momentos memorables y hasta su propio número musical rapeado acerca de su «v*rga» que no es sino glaseado en un monólogo ya precioso.
![Miguel Ángel de Lucía Uribe](http://www.elaquelarre.com.mx/wp-content/uploads/2025/02/Miguel-Angel-6.jpg)
La obra tiene corazón y mucho, y la ventaja de ser ultra digerible y concisa. No tiene necesidad de aletargarse o salirse por tangentes, lo que tiene que decir lo puede hacer antes de que dé la hora con absoluto dinamismo y una actriz que maneja el ritmo y la comedia con la maestría de un malabarista y una energía contagiosa que hacen de Miguel Ángel esa imagen como capturada en una fotografía de la que no cabe duda que es arte, aún cuando quizá haya un pene por ahí y no sea precisamente un paisaje, porque lo que es, lo que ya es, es suficiente para emocionar a cualquiera.
Miguel Ángel se presenta los miércoles a las 8:30pm en el Círculo Teatral.