Un viaje elemental en teatro que le habla a las infancias sobre la vida y la muerte, y por qué una no puede existir sin la otra. ¿Qué Tan Arriba Es Arriba? retoma el tema desde la importancia del ciclo y la belleza del baile entre el sol y la luna para que todo lo demás pueda existir. Una pequeña fantasía que alberga en su interior un tema que no deja de tener lo suyo de lúgubre, pero que en manos de Otto Minera se llena de color y la simplicidad de lo inevitable.
Cuando Mamá Luz enferma, consciente de que para primavera colgará su sombrero de las ramas del árbol en el jardín y ésa será su manera de despdirse, Pequeña Estrella se niega a aceptar que tiene que dejarla ir, y con la ayuda de un ave que vuela con las alas de la imaginación hará todo lo posible por detener el paso del tiempo para asegurarse de que Mamá Luz permanenzca con ella siempre, aún si eso implica tener que ir hasta los rincones más inóspitos del mundo en busca de tres sabios magos.
El dramaturgo británico, Brendan Murray, toma un concepto que, en toda honestidad, tiene mucho de abrumador: el fin del ciclo vital que nos llega a todos por igual tarde o temprano, pero encuentra la manera de tratarlo sin crudeza y con simpatía, sin perder en el centro la verdad de aquello que busca compartir. Con ¿Qué Tan Arriba Es Arriba? (How high is up?), Murray vuelve el concepto del tiempo una danza, un baile entre un sol y una luna que no pueden evitar moverse cíclicamente haciéndolo suceder todo: la primavera, el invierno, la caída de las hojas de los árboles, el verdor del pasto, y sí, la despedida de personas que queremos a las que también les llega su momento de decir adiós.
Otto Minera (director) lleva a Pequeña Estrella por un viaje tan fantástico como imaginario, y lo hace utilizando los elementos teatrales que a la ficción le permiten viajar a cada terreno del universo sin tener que moverse del mismo escenario. Haciendo nieve con tela, vuelo con salto, viento con giro y magia con vestuario. Es la misma Mamá Luz la que de algún modo se decide a montarle una escena de despedida a Pequeña Estrella, que ella vive como una odisea enorme, que dura por temporadas, porque permite que su imaginación la lleve en un viaje que no requiere de alas.
La gran estrella de ¿Qué Tan Arriba Es Arriba? es el diseño de producción de Félix Arroyo, a cargo de la escenografía, la iluminación y el vestuario, que son precisamente los elementos que juegan a ser pájaro sin alas capaz de volar a donde sea. Siendo la joya de este pequeño micro universo la caracterización de Itzhel Razo como el pájaro, pájaro, pájare que se vuelve cómplice de Pequeña Estrella (y Mamá Luz, pero no le digan a nadie), sumada al juego corporal de Itzhel que hace de esta criatura la instantánea favorita de la fábula.
Pero no es lo único, un biombo con cortinas de tela en colores otoñales que parecieran postrarse como el abanico de tonos que la vida elige antes de moverse al invierno, ofrece un tapiz al fondo que pareciera invitarnos a disfrutar del naranja de las hojas en el suelo, mientras un globo terráqueo azul, azul, en una mesita a un costado se vuelve fuente de color más encendido en capacidad más diminuta pero eternamente presente. Un pequeño gran recordatorio de nuestra dimensión en este mundo que nos supera en tantos sentidos.
La transformación de Mamá Luz en los tres magos, el de viento, con una chamarra y lentes de aviador; el de las lluvias, cubierta con un impermeable y goggles, y el de la nieve, abrigada como esquimal en color blanco son bella evidencia de que lo simple carga a veces con mucha más ilusión que lo atiborrado; y los tocados y capas en la luna y el sol que, haciendo referencia a los típicos atuendos de concurso de baile de salón, crean astros con luz y tonalidad, sin transformar a nadie en botarga. Todo desde esa textura que pudiera provenir de un cuento, pero que logra mantenerse elegante.
El nombre alude a la pregunta sin respuesta: ¿qué tan arriba es arriba?, ¿qué tan abajo es abajo?, ¿hacia dónde estás viendo cuando te das la vuelta? ¿Importa? Cuando hablamos de vivir, morir y lo que siga, dudas que no podemos responder siempre habrá. Está en el entender que no necesitamos la respuesta para saber que las cosas suceden y ya está, el captar que lo importante no es detener el tiempo, pero disfrutarlo. En presente. Con la gente que queremos, con los elementos de las estaciones que habitamos, las del planeta y las de la vida. Con consciencia que la danza se termina, pero nunca la música. Y que un niño, niña, niñe tenga oportunidad de escucharlo de forma bella y entretenida, es la razón por la que existe el teatro.
¿Qué Tan Arriba Es Arriba? se presenta sábados y domingos a la 13:00pm en el Teatro Helénico.