Hace un tiempo, el estreno de tráiler de la nueva producción original de Netflix “The Outsider” fue tema polémico en redes sociales por el llamado “White Washing”, es decir, la práctica de casting donde actores blancos figuran en personajes históricamente no blancos -tal es el de caso de Scarlett Johansson en Ghost in the Shell o de Ed Skrein en la próxima versión de Hellboy.
Pero ahora, después del estreno de “The Outsider”, la controversia radica en que la película es… ¿muy mala?
La historia se sitúa en Japón al final de la Segunda Guerra Mundial. Nick Lowell (Jared Leto) es un soldado norteamericano encarcelado como prisionero de guerra, y gracias a su compañero de celda quien pertenece a la mafia más temida de Japón, “los Yakuza”, logra ser rescatado y salir de la cárcel. Sin embargo, su liberación significa una deuda con la mafia japonesa donde Nick debe ganarse el respeto del líder y pisar terrenos peligrosos.
Dejando a un lado la controversia del “White Washing” ¿Qué hace que esta película resulte tan mala? ¿Qué hace que haya obtenido 20% de calificación de los críticos en Rotten Tomatoes?
Con esa premisa, se espera que The Outsider sea una película con una propuesta oriental interesante y desgarradora, pero solamente es pausada, básica y simplemente aburrida. No propone nada que no se haya visto en otras películas de mafia.
Por una decisión que entiendo de dirección, el personaje de Jared Leto es demasiado tranquilo, lento y sumamente gris al punto en que llega a ser desesperante lo poco que se nos da a conocer sobre el personaje: ¿Quién es? ¿De dónde viene? ¿Cuáles son sus motivaciones? ¿Hacia dónde va? Pero eso nunca se descubre.
La falta de exploración del personaje no sería problema si no fuera porque toda la película gira en torno a él, y claro que el guión jamás se toma el tiempo de profundizar en los personajes secundarios, que más que causar intriga o misterio, se vuelven apáticos y poco interesantes.
Nick Lowell se pasa la película tomando las peores decisiones que pudieran acabar con la organización, pero en este universo su torpeza es continuamente perdonada o celebrada. Y ese es uno de los mayores problemas de la película. Se dedica a enaltecer la figura de Jared Leto sobre toda una producción que ni él puede rescatar.
El guión es muy básico, tiene muchas frases que resultan cliché, y a momentos da la apariencia de haber sido recortado en edición porque no siempre se entiende lo que está pasando. Visualmente tampoco tiene una propuesta interesante. No se siente como una película de época, ni se adentra demasiado en la cultura japonesa. No tiene escenas de acción interesantes y la violencia es gráfica y morbosa.
Definitivamente no es una de las mejores producciones de Netflix ni de Jared Leto, pero para los amantes de las películas de mafia podría resultarl entretenida. Ustedes nos dirán, pero acá creemos que como homenaje a películas del género, se queda bastante corta.
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