Éstos no son los más nuevos, pero si en algún momento estás en Nueva York y no sabes qué obra ver, cualquiera de estos 10 podría ser la opción perfecta para ti.
La cartelera en Broadway se divide en tres: los clásicos, los que van para clásicos y los estrenos. Al menos en lo que a musicales se refiere. Con los estrenos uno se la juega, no sabes si van a estar bien o mal, a veces el precio de entrada es carísimo (especialmente en tiempo de Tonys) y muchas veces ni siquiera reconoces el nombre en el cartel.
Pero no os preocupeis que para eso están los clásicos y los ya-casi-clásicos que siempre sacan de apuros y se disfrutan igual o hasta más que algunas de las opciones más nuevas en cartelera.
En tu próximo viaje a Nueva York y especialmente si no has visto alguno de éstos, considera esta lista de 10 para tu compra de boletos para el teatro:
- WICKED
Es la puritita realidad, aunque ya estuvo en CDMX y probablemente ya te tocó verla, nada como la magia y la perfección de verla representada en NY. Cada equis tiempo cambian a las Elphebas y a las Glindas, pero pon mucha atención a las actrices que van estrenando en esos papeles porque son precisamente ellas las que después están por todos lados en Broadway. Es de las producciones más espectaculares que Broadway tiene para ofrecer y no importa cuántas veces te toque ver a Elpheba volar por primera vez con Defying Gravity siempre se siente como la primera.
2. WAITRESS
Es tierna, romántica, emotiva y ligera. La historia de Waitress no cuenta con 500 bailarines en escena y 12 mil cambios de vestuarios, pero lo que tiene a cambio son canciones súper memorables (y unas muy pegadoras como She Used To Be Mine), una historia de amor propio bien contada, momentos de risa y de chilladera y unos pays en la cafetería del teatro que te llevarán al cielo y de regreso.
3. SCHOOL OF ROCK
Te guste o no la película de Jack Black (en la que está inspirada esta puesta) lo espectacular de School of Rock en Broadway es su elenco infantil. Varios de los niños actores, que no pueden tener más de 12 años, tocan instrumentos en vivo durante el musical, cantan, bailan, actúan, hacen reír, hacen llorar, son una maravilla. Es un buen show para ver con la familia y para los amantes de un género musical que no forzosamente es el showtuny al que NY nos tiene acostumbrados.
4. KINKY BOOTS
Glam it up, baby! Este musical está repleto de coreografías que te van a dejar con la boca en el piso, más aún porque los bailarines las están realizando en tacones de 20 centímetros. La música es de Cindy Lauper y de vez en cuando en el papel de Lola hay celebridades de la talla de Todrick Hall. Kinky Boots cuenta la historia de dos hombres, un hombre cisgénero, heterosexual en conflicto con lo que su padre espera de él, y el drag queen en el que se inspira para transformar la fábrica de calzado de su papá, en una fábrica de botas para travestis. Es colorida y sorprendentemente más emotiva de lo que te esperas.
5. HAMILTON
Ni siquiera tendríamos que recomendarla. Es la obra que ha dado la vuelta al mundo y que cambió la imagen de Broadway hacia un lugar de diversidad, poco conservadurismo, rompimiento de reglas y mucho hip-hop. Aunque está inspirada en Alexander Hamilton, uno de los founding fathers gringos con el que acá en México no tenemos mucho que ver, el relato de este personaje resulta tan entrañable y humana que no importa a la historia de qué país pertenezca. Eso sí, compra tus boletos con muuucha anticipación porque suelen agotarse rapidísimo y trata de topártelos en descuento, porque sin él, te llegan a salir en el equivalente a $20,000 pesos.
6. THE BOOK OF MORMON
Es la mejor comedia musical que existe y punto. Y cuando decimos comedia, queremos decir, verdaderamente para reír cada segundo. Esta parodia a las religiones (sí a la mormona, pero en general a los credos) nos lleva a un lugar tan irreverente y poco correcto políticamente hablando que hay que disfrutarla sin ofenderse, sabiendo de dónde proviene (los creadores de South Park) y disfrutando de la música, las letras de las canciones (hasa diga eebowai es una locura de blasfemia sin restricciones) y las actuaciones de caricatura. Además tiene números enormes de baile, coreografía y canto que no te esperas de un musical de este tipo.
7. THE LION KING
De las adaptaciones de películas Disney que se han hecho para Broadway, Lion King es sin lugar a dudas la más afortunada y espectacular (no podemos decir lo mismo de Aladdin, que por el contrario, no recomendaríamos). La magia de Lion King se centra en la artesanal manera en la que Julie Taymor creó a sus puppets para que funcionaran como los animales de la savana y se fundieran con la increíblemente creativa escenografía (que muchas veces usa a sus mismos actores como parte de fondos en movimiento) y la iluminación que te lleva directo a África y a un cuento que, aunque todos conocemos, verlo en musical resulta de lo más inspirador.
8. THE PHANTOM OF THE OPERA
No es el clásico de clásicos por nada. Este musical de Andrew Lloyd Webber ha permanecido por años en cartelera en Nueva York porque simplemente no pasa de moda. Lo imponente de sus canciones, lo espectacular de los efectos visuales (ese candelabro y ese lago), lo bello de sus vestuarios, y una historia que, a pesar de su origen gótico, es en el fondo un relato de amor, de inseguridad y de dolencias que podemos tener cualquiera, tengamos la mitad de la cara desfigurada o no. El número de Masquerade vale la pena el entero costo del boleto.
9. CHICAGO
Ver la película no es haber visto el musical, no te quedes con esa idea. El musical es mucho más simplista, pero también más impactante. El trabajo de coreografía e iluminación se conjunta para que cada número de la puesta sea verdaderamente contundente y te haga latir el corazón. Es cierto que las Velmas y las Roxies llevan años presentando este musical y ya no son las jóvenes actrices que alguna vez fueron, pero esa madurez les otorga un entendimiento mayor de la obra y mucho más compromiso. Es mucho jazz, mucho corset y tantas ganas de chasquear los dedos.
10. DEAR EVAN HANSEN
Otra más de las que necesitas apartar con mucha anticipación y haber ahorrado con ganas por el boleto. Dear Evan Hansen no es una obra barata, pero es una que vale mucho; tampoco es un musical de producción apantallante, es mucho más íntimo y honesto, enfocado en que conozcas los sentimientos de este personaje tan fuera de la sociedad, tan dolido y segregado que te retamos a no llorar con más de uno de los números que te presentan. Es probablemente la obra más honesta en Broadway y una que no esconde su mensaje detrás de jazzhands.