¿Cómo juzgar como teatro musical algo que claramente es un concierto con una crisis de identidad?
Mo & The Stars se vende como «un conmovedor musical donde la risa y las lágrimas tocan», y en su propia mercadotecnia se encuentra el más grande de sus errores…y la más absurda de sus decepciones.
La historia, si es que podemos hablar de una, va de un «circo» al borde de la desaparición donde el atractivo principal nunca fueron las acrobacias o los freaks, pero la música rock de décadas pasadas, específicamente de finales de los 60 y 70’s. Un mudanzero (¿o es un ángel?) recibe la narración de esta banda de la boca de su propio creador, Mo, y una serie de… ¿fantasmas? (nunca queda del todo claro) que van recreando ciertos momentos importantes de su pasado. Lo que es una realidad es que es un musical de rocola.
Como musical, entendiéndolo bajo regimen teatral, Mo & The Stars está repleto de fallas. Desde un guión insalvable cuya historia no parece tener rigor alguno, con un principio confuso, un desarrollo desangelado y un final improvisado, y hasta una dirección que mantiene a los actores en eternas falseos dignos de Odisea Burbujas que lo hacen parecer una extraña mezcla entre sketch televisivo y teatro infantil de antaño.
La puesta en escena de Alejandro Velis se ve ausente de figuras, trazos y más importante de todo, una dirección clara, mientras que la dramaturgia de Juan Cabello se percibe como un conjunto de diálogos improvisados, creados con el único propósito de poder saltar de canción en canción sin que estorben demasiado.
Y es ahí donde entra la pregunta más importante, ¿por qué hacerlo teatro cuando el talento de la mayoría de los involucrados se encuentra directamente en el ámbito musical? Como obra, Mo & The Stars es un proyecto absolutamente fallido, pero como concierto… como concierto es una gozada.
Los personajes de circo, visualmente hablando, son un complemento perfecto para canciones que recuerdan a una época donde la psicodelia reinaba sobre la realidad. Una mujer barbuda, un payaso asesino, un hombre manos de langosta, un enano vestido de botones y un ring master apasionado son definitivamente una banda de rock que cualquiera estaría emocionado de ver presentarse en escena. Por el mero valor surrealista. Y no necesitan de una historia…solamente un concepto.
Icónicas canciones de The Beatles, The Doors, Carole King y hasta Billy Joel se presentan con energía y arrebato. Voces poderosas y músicos rockstars llenan el auditorio del Teatro Jorge Negrete con un espectáculo que, de hecho, se antoja mucho más para otro tipo de recinto con mucha más libertad de movimiento (¿un Bataclán, quizá? o algo parecido al fallecido Voilà). Y para ellos, con un mejor equipo de audio y consola que no tenga los micrófonos reventándose a cada rato, y un diseño de iluminación que no se recargue enteramente en lo que pueden hacer con un sólo seguidor.
Con la voz espectacularmente radiante de Moisés Palacios (Mo), que en algún momento se avienta una Gethsemane que knockea sin problemas al número de Jesucristo Super Estrella en el CCT, Mo & The Stars merece un espacio como el que otros shows estilo Myst o Capital Masaryk reciben con un concepto mucho más Vegas, acompañado de tragos, gritos y baile, y una producción cirquera espeluznante, con el que verdaderemente pudiéramos disfrutar de lo que esta bandota está haciendo con la música.
Pero como teatro están restringidos, atrapados en una historia amateur que no necesitan, intentando actuar cuando lo valioso de su acto es la música y reducidos a un espectáculo decádente, parecido al que el mismo circo de Mo está intentando evitar, dirigido a la desaparición y olvidando por completo que su salvación es el rock.
Mo & The Stars, Old Rock Circus se presenta los lunes y miércoles en el Teatro Jorge Negrete.