El 2 de octubre de 1968 no será fácilmente olvidado, pero en El Ejército Iluminado no será la matanza en Tlatelolco la que hará de éste un día absolutamente memorable, pero la toma del Álamo por un grupo de hombres y mujeres con retraso mental comandados por un vejete profesor de historia con delirios de grandeza.
Basada en la novela homónima de David Toscana, El Ejército Iluminado es una franca epopeya tan gloriosa como aquella que vive Don Quijote batallando molinos de viento creyéndolos dragones, y tan épica como cualquier guerra en la que un ejército ha decidido cruzar la frontera de un país enemigo para plantar su bandera en tierras ajenas. Sólo que ésta sucede de una manera tan encantadoramente delirante y bochornosa que no puede sino enamorarte desde el primer paso redoblado.
Ignacio Matus tiene una disputa con el país vecino, en sus tiempos de corredor, durante su juventud en los años 20, rompió el récord del ganador olímpico de oro sin que nadie excepto él lo supiera, y desde entonces vive con un enorme rencor hacia los gringos y un desbocado sentido de patriotismo que lo lleva a convocar a un grupo de jóvenes, estudiantes de un instituto de educación especial para retomar Texas en nombre de México, cruzar el Río Bravo (a pie con todo y el peligro de las pirañas) y mínimo, MÍNIMO, tomar El Álamo y asesinar a todos los cobardes ahí escondidos.
Sin pensarlo dos veces, el Gordo Comodoro, quien rápidamente se convertirá su segundo al mando, y otro puñado más de jóvenes con retraso -entre ellos, Milagro, un hombre que sobrevivió a un accidente en coche que mató al resto de su familia como buen Milagro, Cerillo, quien no hace más que dormir, Ubaldo, que pudiera tener su energía colocada en el lugar incorrecto y Azucena, segura de que puede ser soldado porque de cualquier manera ya sangra una vez al mes- se unen a la odisea ansiosos por encontrarse con el peligro y emocionados por poder escribir su nombre en los libros de historia.
Lo que procede, como ya lo mencioné, es un épico viaje hacia la frontera en busca del Álamo, en el que el a sí mismo llamado Ejército Iluminado, demostrará que tal vez no sean los más capaces, pero si las guerras se pudieras ganar en pasión y valentía, ellos serían más grandes que cualquier Napoleón.
En manos de Alberto Ontiveros (director), la obra pasa de ser una fantasía con toques de parodia que nos recuerda que la historia le pertenece a quien la escribe, a un enternecedor montaje repleto de magia, comedia y muchísimo corazón, que es a momentos hilarante al punto de la carcajada y a otros varios conmovedor hasta las lágrimas.
Con muñecos de tela, carretas de madera de juguete, vestuarios de marinero, santo y hasta de profesor de filosofía, unas cuántas banderas, una mesa que a veces es transporte y otras tantas barricada, una escopeta que nadie sabe disparar, y, por supuesto, un pepino, El Ejército Iluminado tiene todos los elementos necesarios para ser ambiciosa en su sencillez y al mismo tiempo perfecta en su manera de llevarnos por polvosas carreteras y pueblos viejos con figuras, iluminación y música que transportan al espectador al centro del recorrido de los héroes de esta historia.
Ayuda de sobremanera que Ontiveros, como acostumbra, se rodeó de los mejores actores posibles para cada papel: Francisco De Luna, Rosalva Eguía, José Olivares, Ricardo Traviezo, Cassandra Colis, Germán Navarro y Emmanuel Pichardo Caballero hacen en todo el sentido de la palabra un ensamble. No hay eslabón débil entre ellos, y en los momentos más caóticamente divertidos todos son tan geniales que es difícil saber a dónde voltear.
Los diálogos son tan atinados como atinada es la manera de entregarlos de cada actor, y al final, El Ejército Iluminado, con esta áura de Don Quijote de la Mancha imposible de borrar, te deja con una sonrisa marcada desde el momento en que Ignacio Matus se trepa en una mesa para proclamar su resistencia a dejar Texas en manos de los gringos, y hasta que el instante en el que el Gordo Comodoro y sus compañeros de batalla toman por primera vez sus armas para defenderse de un ejército, que pudieran o no, ser en realidad un par de sombrerudos mexicanos.
El Helénico tiene en sus manos un relato cautivante y carismático que definitivamente se coloca entre lo mejor de la cartelera para este verano.
El Ejército Iluminado se presenta de Jueves a Domingo en el Centro Cultural Helénico.