Una meta ficción que fusiona la realidad con la ficción, La Mano Peluda: El Episodio Maldito, toma como referente una leyenda urbana nacida a partir de la misteriosa muerte de uno de los locutores del famoso programa de radio, para crear una historia de terror paranormal que entra principalmente por los oídos para terminar enchinando la piel.

La muerte de Juan Ramón Sáenz, ex locutor del programa de radio La Mano Peluda, sucedida en misteriosas circunstancias alrededor de uno de sus casos más polémicos es sin duda una de las más grandes leyendas urbanas de este país de la que se han desatado muchísimas teorías de conspiración. El locutor que tomó las riendas de la emisión en 1999 sufrió un infarto el mismo día que en el programa «Extranormal» se iba a transmitir su reencuentro con Josué Velázquez, un hombre que Sáenz atendió años atrás en La Mano Peluda, que en una perturbadora llamada confesó haber hecho un pacto con una entidad demoniaca para cerrar confesando que la tenía ante sus ojos. Caso que se volvió histórico para el programa de radio y que Juan Ramón se decidió a investigar a fondo hasta el día de su muerte.

La Mano Peluda El Episodio Maldito
Fotos: Cortesía

José Manuel López Velarde, dramaturgo y director de El Episodio Maldito, hace genial uso de este macabro relato, que pareciera tener tantos huecos por llenar, para armar toda una meta ficción donde es el hijo del mismo Sáenz el que pisa territorio siniestro buscando respuestas; y el mismo Teatro Ofelia, hogar de la obra de teatro, mejor conocido por haber albergado La Dama de Negro por años, el lugar donde una maldición se ha llevado a cabo, que recibe a los espectadores muy desde el principio desde los intestinos del teatro transformados en una tétrica visión que pronostica lo que está por venir antes de soltarlos a salvo en su asiento junto a un par de audífonos.

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En esta creación que mezcla realidad histórica con fantasía de horror, JR Sáenz, carismáticamente interpretado por Raúl Villegas, ha invitado al público -que en toda medida es parte de la obra de una manera inmersiva- a ser escuchas de la última transmisión de su papá, que él mismo va complementando con otras piezas de audio, para juntos averiguar qué fue lo que pudo haber sucedido con «José», que en este montaje lleva ese otro nombre y en la obra dejan claro el porqué.

Escéptico en un inicio, y con un ojo frío hacia la investigación, dada su distante relación con su padre que falleció cuando él aún era niño, JR va descubriendo que Sáenz tenía más de un esqueleto enterrado en el clóset desde mucho antes de La Mano Peluda, y que, en efecto, el caso «Josué», al que tantos le han atribuido estar relacionado con la muerte del locutor, pudiera no sólo estar conectado con su investigación, pero eventualmente ponerlo en el mismo lugar de peligro donde alguna vez estuvo su padre… y en el mismo teatro.

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Quizá inspirado por la tendencia dosmilera a los audios ASMR (autonomous sensory meridian response), y sumado a la popularización de podcasts y live streamings, José Manuel López Velarde encuentra el elemento único de La Mano Peluda: El Episodio Maldito, y eso que la hace diferente de toda obra de terror allá afuera, en el uso preponderante del sonido, no sólo como creador de un ambiente, pero como la herramienta capaz de sumergirnos en un universo entero, darle cabida a una narrativa que involucra a la audiencia, y finalmente lanzarnos saltando del asiento desde el tímpano.

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Desde que uno pone pie en la sala del Teatro Ofelia, después de pasar por un pequeño recorrido tétrico de paredes repletas de símbolos paganos y habitaciones con tinas y cadenas que huelen a maleficio, un par de audífonos te están esperando en tu asiento, de muy sencillo uso. La razón por la que estamos ahí reunidos es clara, vamos a escuchar una última transmisión hasta ahora escondida que muy probablemente otorgue respuestas a preguntas que México lleva haciéndose mucho tiempo, de modo que la convención queda perfectamente establecida desde el inicio, y sólo queda por esperar que JR anuncie en qué momento se pone uno los auriculares, que intrínsecamente tienen algo terrorífico… quizá la cercanía con la nuca, la idea de alguien respirándote en el cuello, para recibir en el oído lo que sabemos… prevemos… que no puede ser nada bueno.

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Velarde atrapa a su audiencia en un rincón sin salida desde antes de iniciada la transmisión, con el mero saber que te espera un susurro muy cercano, como la barra de seguridad que baja en una montaña rusa segundos antes de lanzarte por los rieles, una jaula donde uno no tiene de otra sino escuchar, porque los ojos uno los puede cerrar, ¿pero y los oídos? Y desde ese momento se crea una atmósfera de absoluta tensión, un total «¿qué pasará?», que juguetonamente Raúl Villegas va rompiendo y regenerando conforme su propia aventura pasa por picos y valles, que nos permite bajar las defensas para volverlas a subir cuando es claro que en estos audios no hay más que un camino sin salida.

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El texto se vuelve una provocación, una mezcla de anécdotas, reales y creadas, que uno como público no puede evitar estarse preguntando, ¿eso en serio sucedió?, que sorprende cuando el Teatro Ofelia es mencionado como sitio clave para establecer el misterio, y nuevamente alumbra sombras espeluznantes que pareciera que podemos ver con el rabillo del ojo, ahora conscientes que tras estas paredes, estos pisos, que estamos viendo, donde estamos sentados, pudieran ser mucho más inseguras de lo que se nos avisó antes de entrar a ver una obra de teatro que en apariencia, pudiera parecer otro cuento distante de jump scares como tantas. Pero no… éste nos involucra.

La Mano Peluda El Episodio Maldito

Velarde logra establecer un gran misterio de terror y construir personajes que, reales o no, se sienten (y escuchan) de carne y hueso -porque hay mucho audio cameo en este numerito. Pero conforme avanza la transmisión y el peligro pudiera parecer inminente, tropieza con un caos más descontrolado y menos contundente, al dirigir la mirada hacia el personaje de Josué y perder el centro del relato en el que es Sáenz el que está pagando por platos ratos que mucho antes de La Mano Peluda, de la fama, de las llamadas, pudieran haber apalabrado su destino, quien además ahora se conecta desde el pasado con un hijo que no ha terminado de abrir los ojos, para arrastrarlo al infierno con él. Dos protagonistas unidos por un mismo llamado a través del tiempo, que no requieren de un tercero más que como pretexto para iniciar el recorrido.

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El Episodio Maldito deja escapar mucho del escalofrío que establece con tanta pericia en busca del final que la gente espera. Uno más adornado, y ahora sí, mucho más parecido a aquellos otros relatos contados en teatro que requieren oír nuestros gritos para saber que hicieron un buen trabajo. Cierto, Velarde es un dramaturgo consumado y por tanto, a diferencia de otras historias de terror que no pasan de la fogata, jamás pierde por completo las riendas de la esencia, ni abarata el título para volverlo carnaval, pero sí eventualmente le abre las puertas a la predicción y jugando con malabares esconde a uno de sus jugadores más valiosos, el mismo Villegas que no necesita más que de él, su voz, y sus juguetes de audio para helarnos en la butaca.

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En esta página lo digo siempre, hacer teatro de terror es probablemente uno de los retos más difíciles que un director, un escritor, un productor se puede poner, y La Mano Peluda sale airosa. Construye tensión con inteligencia, nos transporta desde el aparato escénico a un lugar muy específico con una historia latente que espera ser contada, que nos tiene ansiosos, se arma de un equipo valioso, un narrador cautivante, y usa de manera ingeniosa nuestras propias leyendas urbanas para expandir su universo desde un lugar que nos es absolutamente conocido, y por tanto, encontramos relacionable, cosa que si lo piensan es aún más terrorífico, ¿quién quisiera poder encontrar cercana una pesadilla? Para los amantes del teatro, El Episodio Maldito tiene novedad y buena manufactura, para los del terror, las ganas de salir mirando hacia atrás cuando uno camina de regreso a su coche por las solas y oscuras calles de la Anzures.

La Mano Peluda: El Episodio Maldito se presenta de jueves a domingo en diversos horarios en el Teatro Ofelia.