La primera serie original de Amazon Prime México adaptada de la famosa novela de Xavier Velasco es una entretenida fábula de antihéroes con una protagonista que viene a imponer sus propias reglas.
Advertencia: En esta serie los protagonistas no te van a caer bien. Son arrogantes, soberbios, sociópatas, marginados, obstinados, iracundos y precisamente del sabor que la televisión en México necesitaba.
En algún momento de la serie se usa la frase «la tragedia de los ogetes» para describir a los padres de nuestra protagonista, Violetta, pero bien podría ser la frase que englobe el entero universo de Diablo Guardián. La tragedia de los ogetes, la aventura de los malnacidos, la epopeya de los excluidos. Esta primera serie de Amazon Prime Video México nos presenta las historias paralelas de dos personajes que no están en absoluto preocupados por caerte bien a ti o a quién sea, pero es precisamente eso lo que los hace frescos y tan entretenidos de seguir.
Violetta -nombre que ella misma se ha impuesto- es una adolescente mexicana de clase media que aparentemente tiene los peores padres del mundo, o así los considera ella. Una mezcla entre los papás de Matilda, los tíos de Harry Potter y Joan Crawford como madre. La clase de gente que le pinta de güero el pelo a sus hijos para hacerlos parecer «más gringos» y que son capaces de robarle a la Cruz Roja. Harta de la casa a la que llama jaula, Violetta fragua un plan para robales el dinero que ellos mismos han tomado de manera furtiva y huir con él a Nueva York donde pretende vivir un sueño a la Sex in The City.
Eso, por supuesto, no excluye a la misma Violetta de ser una cajita de Pandora de trucos y rencores que la hacen aún más insensible que sus propios padres. Ella sueña con grandeza, con dinero a montones y el tipo de vida que sólo los hijos de un Slim se pueden dar, y está dispuesta a lo que sea para conseguirlo: robo, estafa, prostitución, engaño. Una vez establecida en Nueva York, Violetta saca las uñas para convertirse en un depredador por el cual es imposible sentir pena. Aún cuando se está vendiendo por dólares, su ambición es tal que disfruta el camino a la cima, y por lo tanto, el relato que pudo haber sido oscuro, dramático y lleno de momentos agorzomadores para uno como espectador, se vuelve más una fábula casi comediosa con una antiheroína al centro.
Y en México la cosa no es distinta. El personaje al que seguimos es Pig, un aspirante a escritor motivado por un enorme complejo de abandono (es huérfano y vive con su abuela) que en un intento por desensibilizarse para protegerse del mundo se vuelve antisocial, agresivo y recluso, movido por la única motivación de conseguir una buena historia sobre la cual escribir y dispuesto a pisar el terreno que sea necesario para llegar a ella.
Eventualmente los caminos de estos dos seres marginados se cruzan y se conectan con el de un tercer «villano», Nefastófeles, cuyo nombre básicamente resume todo lo que es.
Aunque la serie se mueve lento para esparcir la historia en el lapso de 10 capítulos (no esperes encontrar a Nefastófeles ni remotamente al principio de la temporada), cada capítulo se cimenta como un escalón más en la pirámide que Violetta y Pig parecen estar construyendo de autosabotaje e inevitable destrucción. Y en ese sentido el ritmo de la historia a pesar de no ser cardiaco, es suficientemente entretenido y los personajes dolorosamente cautivadores como para querer acompañarlos el resto del viaje.
Claro que ayuda que Paulina Gaytán esté detrás de Violetta, una actriz que transmite todo el desparpajo y hambre del personaje a veces sólo con miradas; y Adrián Ladrón como Pig tiene ese físico a la Michael Keaton que lo hacen el perfecto desquiciado para los momentos más bajos de su papel. La serie se complementa con las actuaciones de otros grandes, entre ellos Andrés Almeida (Nefastófeles), Paloma Woolrich (como la abuela de Pig) o Monica Dionne (como la mamá de Violetta).
Amazon Prime no pudo haber debutado sus originales mexicanas con mejor historia. Una serie ligera, pero devorable que no pretende aleccionar ni arrinconar a México en recovecos de tráfico, narco, crímen organizado o submundo, sino entretener y probar que los antihéroes no sólo vienen en forma de capos sobrevistos y erróneamente vanagloriados.