Las noches de Fake en el Teatro Milán son la mezcla ideal entre las entrevistas a invitados especiales que amas de un Jimmy Kimmel con la frescura e irreverencia de un set de juegos de Who’s Line Is It Anyway.
Les damos referencias de televisión porque es un poco de donde Fake toma su inspiración.
Así como Las Noches con Monina Mistral antes que él (también en el Teatro Milán), Fake se ha adueñado de los jueves para traer un espectáculo que no es precisamente teatro -no bajo un concepto tradicional, ni remotamente- sino más parecido a los Late Night Shows que conoces de la televisión gringa desde Jimmy Fallon y hasta David Letterman y pasando por Graham Norton (banda de músicos incluida).
Pero el show además está mezclado con las dinámicas y bondades del teatro de improvisación (como las Improluchas, pues). Y es esa mezcla la que tus jueves por la noche necesitaban sin siquiera saberlo.
Cada función, la tropa de improvisadores (12 en total que se van alternando para llenar los espacios de 5 improvisadores y un host) reciben en su escenario/salita a un invitado especial (ya estuvieron Mónica Huarte, Alex de la Madrid y Armando Hernández, y si vas este jueves, por ejemplo, te va a tocar Regina Blandón) para una sesión de entrevista francamente esquizofrénica.
A la par de ir haciendo preguntas que llevan a los invitados a contar una variedad de anécdotas de sus vidas, el host también proyecta fotografías históricas de la celebridad en cuestión para tener bien armado un contexto, antes de pedirle a la tropa de improvisadores, pasar al frente y recrear las escenas y anécdotas que han estado escuchando de su entrevistado, de las formas más ridículas, irreverentes e inesperadas posibles.
El resultado es un buffete de escenas, juegos, personajes y relatos que tienen tanto a la audiencia, como al invitado (que también de pronto participa en las improvisaciones) muertos de risa, y que crean entre las butacas del Teatro Milán un franco ambiente de estadio de futbol.
El mejor momento llega cuando al invitado le toca jugar a ser taxista (de ésos platicadores) en una dinámica que lo pone a utilizar toda su capacidad de memoria e intuición para descubrir a través de preguntas quién es el personaje que se ha subido al asiento trasero de su coche -un personaje que forzosamente ya haya hecho una aparición durante la corrida de la noche. Es entonces cuando Fake se convierte, encima de todo, en un Game Show y te das cuenta que ya no le puedes pedir más a la noche.
Fake es el espectáculo perfecto para desconectarte de las presiones de tu semana, de las elecciones, el Mundial, pasarte un rato increíble, ver a tus celebridades favoritas (o no, si no sabes ni quién es el invitado, igual vas a disfrutar del grupo de actores) y prepararte para el fin de semana que ya llega. Es la medicina ansiolítica que les estamos recetando para el estrés que tanto nos aqueja en esta ciudad.