Netflix acaba de anunciar que estrenará próximamente su primer reality show mexicano que seguirá las vidas de los ricos y poderos. Y a la gente más bien le dio repele.

Netflix insiste en levantarse con el pie izquierdo. Primero con el lanzamiento de una fase beta en la que estará transmitiendo comerciales en medio de episodios  (sobre lo cual pueden leer aquí), y ahora con el anuncio del lanzamiento de Made in Mexico, un reality show a la Kardashians que pretende retratar las vidas de algunos elementos de la socialité mexicana, entre ellos Pepe Díaz, aka, el ex de Eiza González.

Apenas se dio la noticia del próximo estreno de Made in Mexico, que suena a Acapulco Shore con mucho bling, los usuarios de Netflix atiborraron las redes de protestas y comentarios negativos, comparando al servicio streaming con la aborrecida televisión abierta, y pidiendo a gritos que se pintara raya con La Casa de las Flores (la telenovela nos gustó, pero ahí párenle), y se regresara a la producción de contenido de calidad, más allá del pan y circo.

Los comentarios fueron más o menos así:

Stivi de Tivi de plano aplicó el face plant.

 

Mientras en Cultura Colectiva se preguntaron si éste sería el principio del fin.

 

Y hasta parodias de los Simpson le llamaron «basura» al proyecto.

 

Y otros sintieron que les estaban dando Super Shore recargado.

 

Y otros pidieron a gritos que le recordemos a Netflix lo que realmente queremos ver en la cadena.

 

Pero el recuerdo de lo que se nos ha dado siempre es simplemente demasiado doloroso.

 

Y varios siguen con rencores antiguos.

 

Y otros tienen la solución ideal:

 

Y otros ya hasta les dijeron Blim. Y eso sí duele.

 

Y otros se cuestionan el verdadero significado de «made in Mexico»…

 

En fin. Made in Mexico estrena el 28 de septiembre por Netflix.

¿Alguien de verdad pretende verlo?

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