Regresar a Verona con los Montesco y los Capuleto que conocemos tan bien, se siente como una experiencia completamente nueva de la mano de Mauricio García Lozano y su visión de la tragedia de Romeo y Julieta, enfática en los pocos años de vida de sus amantes que sólo la vuelve más contundente.
Ahora, ésta no es la primera vez que Mauricio García Lozano presenta una Romeo y Julieta, y ésta en Foro Lucerna, que en apariencia pareciera una segunda temporada de aquella que protagonizaron Cassandra Ciangherotti y Adrián Ladrón, es en realidad una cosa completamente nueva. Un espectáculo de ensamble, coreografías y mucha juventud, que sopla un aire completamente fresco a una historia que fue escrita hace cinco siglos.
Antes de la tercera llamada el escenario se empieza a llenar de jóvenes, ninguno mayor a los 25 años, algunos con apariencia de 16, que parecieran haber tomado la tarima al centro del teatro de manera inocente para jugar en lo que comienza la función; pero rápidamente la multitud se convierte en ensamble cuando el grupo comienza a pelearse y desnudarse, dando pie a la primera escena de Romeo y Julieta con una implícita declaración del tránsito del amor al odio en un sólo paso, tan presente en el texto de Shakespeare.
El resto de la historia la conocemos bien. Dos niños, porque a sus 13, 14 años, Romeo y Julieta son francos niños (y eso García Lozano lo deja claro ni siquiera permitiéndoles llevar pantalones de adultos), de familias enemigas, se enamoran en una mascarada y manejados por una impulsiva pasión imparable se enfrentan a todo lo que conocían como sagrado con tal de estar juntos, para acabar sacrificando su vida por lo que ellos interpretan como el amor verdadero.
La elección de elenco es perfecta. Assira Abbate y Miguel Jiménez, además de ser excelentes actores, se ven tan chiquitos en el escenario, tan desprotegidos y vulnerables, que provocan en el público la necesidad de abrazarlos de manera maternal. Y conforme hablan de amor, de boda, de sexo y de muerte, simplemente se siente como que se están ahogando en temas que los sobrepasan en madurez y tamaño, convirtiendo a Romeo y Julieta no en los amantes ideales, los que escribieron las reglas del amor en historias por venir, pero en adolescentes incautos rebasados por sus emociones.
Y el mismo espejismo cascadea hacia el resto de los personajes. Un Mercucio en cuerpo de mujer que combate la masculinidad tóxica desde sus entrañas, pero se comporta como un escuincle burdo; un Benvolio que recuerda al idiota de la secundaria, incluso con Conde Paris que aún no se ha ganado el derecho de usar ropa adulta, pero cuyos pantalones ya no son tan cortos como los boxers del resto porque «ya creció», pero no lo suficiente.
Y más allá de lo brillante de su elenco, Mauricio García Lozano hace de una sola tarima el pueblo entero de Verona, completa con sus palacios, sus ajetreadas calles, su Iglesia y cementerio, sin ninguna otra cosa sobre el escenario que no sean desniveles y cubetas de sangre; y hace que su villa italiana cobre vida con un ensamble (presente en muchos momentos) a los que convierte en propiciadores y testigos del destino de sus héroes.
Y ninguna otra escena vibra tanto como la de la pelea entre Teobaldo y Mercucio en la que el Foro Lucerna se transforma en un ring callejero con una coreografía impactante e impecable que llena de adrenalina el entero de las butacas. Y no te permite olvidar que los que se están quitando la vida no han llegado ni a los 15 años.
Poderosa en cada uno de sus visuales, pero con un guiño de comedia que Shakespeare agradecería, que aligera lo denso de la trama y permite a actrices como Haydeé Boetto (la nana) y la misma Assira Abbate -hablando de satisfacciones sexuales en la piel de una niña de 13- lucirse y disfrutar de lo irreverente de una historia de amor que Romeo describiría como «un juguete del destino», Romeo y Julieta 2019 es probablemente una de las versiones más precisas que se han presentado de esta historia refriteada, y un absoluto triunfo para García Lozano que demuestra que sólo necesita un cambio de escenario para reinventarse por completo y crear algo nuevo de lo viejo.
Romeo y Julieta se presenta viernes, sábados y domingos en Foro Lucerna.