Un relato de identidad de género que se dibuja como un sueño lúdico gracias a la dirección ultra estética de Boris Schoemann, pero que fuera de ficción habla de una problemática dolorosamente real.
Que bello vivir en un tiempo en el que el CCB (y otros teatros) están dedicando parte de su programación para niños y jóvenes adultos a narrativas LGBT+ sin tapujos, eufemismos o censura. Y que increíble que después del éxito de Príncipe y Príncipe, ahora se le abra la puerta a los adolescentes a involucrarse desde ya en temas de identidad de género.
Y eso es precisamente Beautiful Julia. Eso y mucho más, porque en ningún momento cae en lo aburridamente educativo o francamente panfletario, pero más bien se presenta como un relato repleto de referencias a icónicas cintas pandilleras de los 50 y 60, dirigido para entretener y maravillar visualmente, escrito como novela Young Adult a la John Green, y actuado por un grupo de gente sumamente joven poniéndose a la altura de cualquiera.
Daniel es un estudiante eternamente protegido detrás de la capucha de su sudadera. Se cambia de escuela luego de haber sido expulsado de su anterior (la razón la conoceremos ya muy adentrados en la historia y es una vuelca de tuerca digna de mandíbula en el piso) y la recepción por parte de su nuevo compañero bully, Ganso, y su pandilla de 15, entre los que también se encuentra el taciturno Erick, es violenta y desafiante, como lo es para tantos otros estudiantes…sólo que encima de todo, Daniel vive con un secreto que lo podría exponer como carnada para tiburones.
Beautiful Julia se maneja como una obra de ensamble. Casi un coro que se mueve en coreográficos movimientos que recuerdan a los Jets y los Sharks de West Side Story, con distintos narradores que pasan de voces masculinas a femeninas, y figuras que se van creando en el escenario ayudadas por sombras en las paredes, que de algún modo significativo reflejan sólo siluetas, pero jamás el interior de las personas.
Como Rebel Without A Cause de James Dean y Natalie Wood (a la que se hace continua referencia) la historia anticipa que una rivalidad como la de Daniel y Ganso no puede sino acabar en tragedia, pero más allá de su obvia carga de dramatismo, Beautiful Julia en realidad también cuenta con atinadísimos momentos de comedia, y curiosamente los más divertidos se los queda Ulises Galván (Ganso), el mismo villano de la historia que a pesar de su actitud abusiva no deja de mostrar vistazos de inseguridad, irreverencia e infantilismo sumamente hilarantes.
Beautiful Julia no es un libro de educación sexual y en ningún momento se molesta en describir o siquiera catalogar el tema trans, lo deja fluir entre sus líneas y sus anécdotas como algo que permea en el escenario, pero que no necesita ser señalado y explicado; y en ello radica su belleza. Es inteligente, pero potente y en ningún momento se siente forzado. Las sonrisas que te saca vienen de un lugar conmovedor, y las lágrimas de una comprensión honesta.
Beautiful Julia es una obra para una generación 2019, un público poco asustadizo, abierto a escuchar las historias de todo mundo, por atípicas e incómodas que parezcan y a entender que, en el fondo, todos tenemos a una Julia que escondemos por miedo a no encajar con los demás. Un must del teatro para jóvenes audiencias.
Update: Beautiful Julia se presenta sábados y domingos a la 13:00hrs en el Foro la Gruta.