Alejandro Ricaño le entra al misterio y el peligro del escrutinio público con un texto que se aleja de sus característicos paisajes lúdicos y aunque consigue crear personajes memorables, permanece en una esquina anecdótica y genérica que no le permite explotar el potencial de su propia premisa.
Tal Vez Mañana Sea Un Día Cualquiera es un thriller teatral. Un misterio con toques de comedia oscura que tiene a Sara Pinet buscando al asesino del hombre con el que acababa de empezar a salir; y no sólo buscándolo, pero señalando a su ex novio (el hijo de un hombre demasiado poderoso como para ser juzgado) como el culpable, y utilizando a la prensa digital para enjuiciarlo ahí donde la policía se niega a ponerle un dedo encima.
La premisa, aunque llamativa, sufre del exceso de conceptos. El misterio por sí sólo pudiera mantenerse en pie como una especie de noir del teatro moderno, pero a eso Ricaño (director y dramaturgo) le suma el cuestionamiento al poco rigor del periodismo digital, el peligro del anonimato en redes sociales y la prepotencia que eso otorga, la corrupción del poder en México, la doble moral de aquellos que pregonan activismo social, el escrutinio público, la comunicación unilateral a la que empujan las llamadas a distancia y hasta una trama tangencial sobre una periodista y un policía escondiendo su propio secreto sucio. Abarca tanto que se pierde en su propia generalidad, y aunque resulta entretenido, no parece finalmente llegar a ningún lado.
Sus personajes recuerdan a los de una serie de televisión. Creados para aparecer episodio tras episodio inamovibles en su visión y listos para enfrentar «el reto de la semana». Y aunque memorables y detallados pierden mucho del encanto conmovedor de aquellos a los que Ricaño nos tiene acostumbrados.
Entre ellos, Paula Watson se luce como la Directora Editorial de un sitio web que de la noche a la mañana pasa de escribir de banalidades virales a cubrir la nota roja por clics, y en su falta de escrúpulos hay tal carisma, que no sólo se vuelve el personaje más entrañable de la obra, pero además se libra de todo juicio moral y enamora en su desparpajo.
El resto del elenco, sin embargo, queda atrapado en un lugar incómodo, entre una dirección que los mantiene en farsa televisiva y escupiendo diálogos a una velocidad fácilmente tropezable, y un ambiente más oscuro que pide a gritos un ritmo menos correteado. Y aunque es difícil ver fallar a expertos en ricañismos como Sara Pinet o Luis Eduardo Yee, es difícil quitarse la sensación de no haberlos podido disfrutar en su entereza.
Tal Vez Mañana Sea Un Día Cualquiera está repleta de buenas ideas de las cuales alcanzamos a ver guiños y parpadeos, y Ricaño, incluso en sus momentos tropezados no deja de mostrar pericia en su oficio; pero no podemos dejar de cuestionarnos si los capítulos de CSI pertenecen mucho más al mundo de la TV que al teatro que requiere de un fuego distinto para alimentarse. ¿Entretenida? Por supuesto y podríamos seguir viendo capítulos para continuar la temporada, ¿trascendente? como todo unitario, más olvidable y botaneable que una obra maestra.
Tal Vez Mañana Sea Un Día Cualquiera se presenta viernes, sábados y domingos en el Foro Lucerna.