La comedia de animación japonesa en Netflix no es en absoluto lo que te estás esperando, a pesar de lo «cute» de su personaje principal, Aggretsuko en realidad representa a todos aquellos que reprimen sus sentimientos negativos para poder sobrevivir su día a día.
Aggrestsuko es la suma de dos palabras: agressive + Retsuko, el nombre de la zorrita protagonista de esta caricatura cuya traducción literal al japonés sería algo como «hija del enojo». Y Aggrestsuko nos representa a todos: a ti que estás en un trabajo que odias, pero que todos los días cuentas hasta diez porque sabes que es lo que paga las cuentas; a ti que estás en una relación que te tiene insatisfech@ pero te quedas por miedo a quedarte solo; a ti que encuentras en el deporte o el karaoke la manera de desahogar tus emociones antes de tener un break down.
Curiosamente el personaje pertenece a la casa Sanrio, es decir, los creadores de Hello Kitty, Keroppi, Chococat y tantos más, pero ella representa precisamente ese lado oscuro de Sanrio que tanta falta le hace a su rosa fachada. Es tierna por fuera pero humana por dentro, con todas las emociones que eso conlleva: enojo, hartazgo, hipocrecía, frustración, nervio.
Retsuko es una oficinista cualquiera. Una contadora godín que pasa los días sufriendo a su jefe -un marrano machista, desobligado e ignorante-, a algunos de sus compañeros de oficina -que si tu chismosa, que si tu mustia, que si el lame botas-, las tareas que no logra acabar, su soltería, levantarse temprano, pero en este mundo que podría convertirla en Britney circa 2007, Retsuko ha encontrado una salida a su desparrame de emociones: el heavy metal.
De modo que cada que siente que va a explotar lo que hace es encerrarse en un baño (o en el karaoke, cuando se puede), sacar un micrófono de su bolsa y soltar gritos como de Slipknot al mundo, destapando la coladera de sentimientos negativos que de otro modo la carcomerían.
Aggrestsuko no es un anime ni una caricatura para niños, es casi como una historieta de periódico. Una serie de viñetas de 15 minutos que funcionan por lo cercanos que se sienten los personajes a las personas que somos o que conocemos. A pesar de que la cultura japonesa pueda sentirse tan lejana, todos hemos sido Aggretsuko alguna vez, si bien no cantamos heavy metal, sí hemos tenido que contar hasta 10, gritarle a una almohada, pegarte al claxon del coche horas; o hemos sido otros de los tiernos y fantásticos seres en la serie: la que se desespera con lo que otros publican en redes sociales, el que se enoja porque alguien más está hablando con el/la que nos gusta, pero a la vez no hace nada por conquistarl@, la que se niega a un trabajo de oficina y quiere vivir de su tienda online y viajar todos los días.
No te vayas con la finta de esos ojotes de teddy bear y los colores rosas que acompañan a Aggretsuko, dale una oportunidad porque puede que encuentres en ella justo el desahogo que a ti te estaba haciendo falta.