Una obra musical efectivamente en crisis…pero de guión y dirección.
Valientes los que en tiempo de crisis se animan a montar un musical independiente. Una decisión totalmente loable y por muchas razones aplaudible, pero que definitivamente presenta un reto que va más allá de las capacidades de producción, y comienza desde la elección del guión a montar.
Ahí es donde Crisis, el nuevo montaje musical en el Foro Lucerna, comienza con problemas.
Un grupo de personas -en apariencia sin relación entre ellas- sufren las consecuencias de la crisis del peso en el México de los 90 y presentan su desgracia a manera de viñetas que, si somos muy honestos, resultan de lo más inconexas, poco profundas, contundentes o del todo coherentes.
El guión de Antonio y Javier Malpica, más allá de lo superfluo, jamás establece el punto al que pretende llegar. Es un relato sobre la post-crisis, sí, pero las historias que se presentan sobre el escenario parecieran más anécdotas sobre desamor y otros males del corazón, que nada realmente relacionado con la tragedia de una economía en declive. Lo que provoca cuestionarse de entrada, ¿para qué siquiera establecer un contexto que de ninguna manera va a afectar la narrativa?
Las escenas flotan perdidas en la nada, sin una dirección precisa sobre el lugar en el que quieren aterrizar, y se perciben más como pausas en el tiempo que acentos concebidos de manera pensada. Para el inicio del segundo acto es frustrante darte cuenta que los autores aún no te han dicho de qué trata su historia, y los personajes no han logrado cuajar, ni en sus personalidades, sus historias y mucho menos la manera en la que se relacionan entre ellos o el por qué han sido el segmento elegido para contar esta anécdota.
Por encima del fallido guión, Crisis sufre del síndrome del exceso de ideas, volviéndose una puesta sucia y caótica a la que es difícil encontrarle la cabeza por encima de los pies.
Una escenografía de legos que no juega en absoluto con la trama de la historia; playeras sobre-expositorias sobre las personalidades poco explicadas en texto de cada personaje en colores chillones y letreros que resultan complicados de descifrar en movimiento (y distractores al momento de intentarlo); la decisión de hacer de todo el elenco un narrador y tenerlos sentados entre el público donde no se alcanzan a escuchar para un teatro de tres frentes; y ante todo, la noción de jugar a darle a la obra un tratamiento musical de lo más innecesario con melodías que más que canciones se presentan como estrofas entonadas no sólo poco memorables , pero además que aportan poco o nada a la trama.
Con gente en el elenco como Paola Gómez, Rogelio Suárez, Paola Mingüer o Gabriel Navarro no se puede si no lamentar que estos grandes actores no tuvieran un texto que los dejara mejor parados, y una dirección que hubiera respetado el comedy timing de cada uno de ellos, y un ritmo mucho más natural que el gritado y sobreactuado por el que Héctor Berzunza (director, actor y productor) apuesta y que en el caso de Marta Fernanda y Carlos Banega se siente estridente y sobrepasado.
Con un par de momentos divertidos, y otros muchos simplemente confusos y desatinados, Crisis es de esas obras a las que no dejamos de aplaudirles el intento, pero que no podemos celebrar en su construcción. Y es una lástima.
Crisis se presenta los Lunes de marzo a las 20:30 en el Foro Lucerna.