Con una selección de canciones fantástica y poderosa, una mirada fresca a María Bárbara -ahora más rubia que nunca- y Gina Gran B robándose el show con vocales potentes y un perfecto equilibrio entre comedia y templanza, Las Meninas en su temporada dedicada a Leona Vicario, estrenan un show inédito con todo para ser el nuevo fan favorite para sus seguidores asiduos, y una sorpresa de carcajadas y emociones para aquellos que apenas vienen a conocerlas.
Es inesperado, si no hasta raro, que Las Meninas le dediquen toda una temporada a Leona Vicario, un personaje de la Independencia mexicana del que, si somos honestos, sabemos muy poco y quizá tenemos considerada como un personaje secundario de la historia. Lo que Las Meninas vienen a decirnos con ¡Viva Leona Vicario! es que no es verdad. Que la Insurgente tenía garra, inteligencia y pericia, y desde su status como criolla de sociedad hizo mucho por la lucha que hoy la recuerda como Madre de la Patria.
Como en cada capítulo de Las Meninas: María Bárbara, Alma María y la Tía Cecilia reúnen a sus sirvientes y a los plebeyos dispuestos a escucharlas desde las butacas para armar una tertulia que cuente un cachito de la historia de México con comedia, charla coloquial, números musicales inspirados en canciones que amamos, crestomeninas, pelucas, vestidones, y un ácido humor que hace perfecto símil con la historia de siglos atrás y la política de hoy en día (que, honestamente, no ha evolucionado nada). Y nuevamente -como siempre- regalan una noche inolvidable.
Desde hace ya varias temporadas, Las Meninas se han dedicado a prestarle foco a distintos actores de la familia para que tengan un momento muy propio para brillar y cada uno demostrar que son esenciales en el Palacio de Ibarguenguer. En Benito Juárez es la Tía (Christian Escorcia), en la Virgen de Guadalupe es Pompeyo (Marvin Ortega), en Porfirio Díaz es Apenino (Diego Llamazares), y en Leona Vicario, Alma (Gina Gran B) y Bárbara (Luis Huitrón) hacen lo propio para destellar con los geniales personajes incidentales que asumen por el episodio.
Con canciones de Hamilton (no una, pero dos, una de ésas siendo Schuyler Sisters, werk!), el Elephant Medley de Moulin Rouge! y hasta Abrázame Muy Fuerte de Juan Gabriel, las aristócratas novohispanas nos presentan a una mujer de sociedad que, aliada con los Insurgentes, jugándole al espía desde su rincón privilegiado, se establece como pilar de la guerra de Independencia, mientras en su vida personal se escabulle de un tío conservador que busca casarla bien, se enamora de la mano derecha de Morelos, se ve obligada a huir y a parir en una cueva, y se dedica a batallar, encima de todo, contra el estigma eternamente presente de la mujer como ciudadana de segunda categoría.
Como el episodio dedicado a Sor Juana, la historia de Leona Vicario se presta a tener todo tipo de momentos para reír y llorar. Desde los más absurdos y graciosos, donde Bárbara como la Güera Rodríguez se ve poseída por el espíritu de una rubia tonta, mega blanca, niña bien de toda la vida de ésas que Guadalupe Loaeza veneraría (que en realidad, eventualmente después nos enteramos, sólo está pretendiendo) y es hilarante para mojar el asiento en descontrol de esfínteres; hasta un numerazo solemne en la fabulosa voz de Gina Gran B que hace suya She Used To Be Mine de Waitress para cantarle al bebé recién nacido de Leona del que espera pueda tener una Patria donde crecer lejos de la porquería monárquica. Y deja en silencio el teatro para después tirarlo en aplausos. Es su momento, lo sabe, lo vive y lo comparte generosamente.
Mucho más emocional de lo esperado, incluyendo un final que notoriamente resulta cercano para el creador de Las Meninas, Luis Huitrón, ¡Viva Leona Vicario! es esa joyita que uno no esperaría que pudiera ponerse a la altura de los grandes hits meninescos como Maximiliano, Cortés y el dedicado a sus propias historias a partir del Santo Oficio, y sin embargo lo logra. Con una temporada nueva y nunca antes probada, las Damas de Ibarguenguer vuelven a emocionar y a hacer uso de la cultura pop (AMLO, Sheinbaum, Game of Thrones y hasta Sasha Velour en un precioso homenaje con peluca y pétalos de rosa) para recordarnos por qué es que cada jueves en el Teatro Milán no hay mejor plan en México que acompañarlas en su velada histórica. Un espacio que merecidamente, teatreros aquí y allá cada vez se sienten más cómodos de llamar «su casa».