Las Meninas estrenan nuevo Palacio, ahora lejos de su ya conocidísimo NH, y aunque el Lenin se percibe aún torpe para su sangre azul y percha, el texto como siempre es hilarante y los números musicales atinadísimos.
Las Meninas Novohispanas están estrenando nueva temporada…o deberíamos de decir reestrenando, dado que el tema que han escogido para abrir en el Foro Lenin, el de la historia de Sor Juana, ya lo habían presentado durante sus primeras temporadas, y ahora que su público y «menifans» han crecido y multiplicado, les han regresado este relato para muchos nunca antes visto. Y para una de ellas, Cristina Cortés (Alma María), nunca antes interpretado.
Una vez más, la Tía Cecilia, María Bárbara y Alma María nos traen un pedazo de la historia de México, relatado con la mayor irreverencia, referencias a la cultura pop (incluyendo, esta vez, a la cerveza Carta Blanca y Blim) y números musicales cabareteros de lo más acertados, no con eso con menor precisión histórica.
La Sor Juana Inés de la Cruz que describen, no es quizá la heroína seria e inalcanzable de los billetes, pero una más cercana a Sister Maria, rebelde por convicción, negada a una vida precaria y hasta una «niña fresa»; y qué refrescante es oír hablar de una de las grandes figuras de respeto de este país con tanto desparpajo.
Alma María toma el rol de la poetiza en las ya conocidas crestomatías (crestomeninas, podríamos empezar a llamarles) del show, y juega metiendo parte de la personalidad de Alma en Sor Juana: burlona, mentirosilla y hasta sensual. Cosa que de inmediato baja a Juana Inés del pedestal en el que la tenemos y la convierte en una niña tan perdida dentro de su vocación como tantos en la actualidad. Y eso es sumamente relacionable.
Con números que incluyen famosas canciones lésbicas como All The Things She Said de TaTu o Mujer contra Mujer de Mecano, Bárbara y Alma hacen burla de los rumores sobre la sexualidad de Sor Juana y no hay manera de no soltar carcajada tras carcajada mientras ellas cantan y la Tía Cecilia se persigna; y el cierre como salido de Sister Act, pero con muppets y hábitos de Nunsense se vuelve un espectáculo no sólo fascinante a la vista (y los falsetes gospell de Bárbara al oído), pero que además choca tanto con la imagen pulcra y hasta gris que tenemos de las monjas, que es el factor disruptor el que lo vuelve una genialidad de broche de oro.
Si algo, de hecho, Yo, La Peor Del Mundo, te deja queriendo son más números musicales, que en temporadas pasadas de Las Meninas, incluyendo precisamente el de la historia de las monjas, han tenido mayor presencia y momentum, y aquí se sienten un poco más secundarios al espectáculo.
La mudanza de teatro, del NH al Foro Lenin, sin embargo, no logró suceder con zurcido invisible. El Lenin recibió a las Damas de Ibarguenguer con problemas de iluminación que no terminan de embellecer el espectáculo, y un audio disruptivo que provoca querer arrancar la consola de donde la tienen conectada y aventarla directo a Álvaro Obregón. Cosa que resulta un poco frustrante para los que llevamos siguiéndolas desde su Palacio anterior (o anteriores) porque se convierten en pequeños detalles que distraen de la comedia precisa y genialidad de las actuaciones.
Y no podemos dejar de mencionar que la ausencia de Pompeyo, que para estas alturas ya se ha convertido en un personaje «fan favorite», se siente como una pequeña desilusión.
Por encima de los contratiempos técnicos, Las Meninas lo vuelven a hacer, y ahora conquistan la ordinariez de la Colonia Roma, dejándonos otra vez con ganas de más: más fechas (sólo estarán un mes, así que vayan tomando precauciones), más temas, más de sus increíbles vestuarios y números musicales, y más espectáculos tan bien escritos, investigados y montados como el de ellas en esta Ciudad de plebeyos.
Paso, paso, paso a Las Meninas hoy y siempre.
Las Meninas: Yo, La Peor Del Mundo se presenta jueves y domingos del 7 de febrero al 3 de marzo en el Foro Lenin.