Un montaje aplastante, y lo digo de la mejor manera posible, de un texto que se lee como un último grito de ayuda, Psicosis 4.48 en manos de Bestiario Teatro es una inyección de adrenalina, cargada de una oscuridad que se vuelve movimiento, y una desolación que se transmite con el alma y con el cuerpo, que ruge desde el escenario y no puede sino dejarte impactado en tu asiento.
El compromiso de Bestiario Teatro con un texto que de pronto es más poesía sin dirección que acotaciones claras por parte de Sarah Kane (dramaturga) es lo primero que te golpea de Psicosis 4.48, muy al principio, quizá antes de la primera llamada, cuando el elenco ya se retuerce en el piso aún con las luces prendidas, quizá poco después, cuando queda claro que estos actores van a dejar hasta la última gota de sudor en el escenario, como Kane dejó la última gota de tinta con ésta, su última obra.
Psicosis 4.48 es la despedida de la dramaturga. Habiendo sufrido de depresión clínica toda su vida, Sarah Kane se quitó la vida poco antes del estreno de la obra en el 2000. En Psicosis 4.48 decantó lo último que tenía que decir de lo que estaba viviendo dentro, lo que la tenía enjaulada. De ahí que no hay personajes claros en el texto, lo que hay son escaparates donde distintas voces expresan a gritos y desde distintos ámbitos la imposibilidad de escape de la depresión y el sabor a libertad, en esa situación, del suicidio.
No es un texto sencillo, no que otros de Kane lo sean, pero recargado en prosa y sin una línea argumentativa más allá de la que se expresa muy al inicio de la obra, «alguien se va a suicidar a las 4:48 de la madrugada», Psicosis 4.48 requiere de un montaje que pueda transmitir a como de lugar las últimas palabras de la dramaturga. Diego Álvarez Robledo (director) lo entendió a la perfección, e hizo de su montaje coreografía violenta, espasmos corporales que nos recuerdan que incluso cuando el cuerpo habla del dolor, el teatro se convierte en bellas figuras. Y hasta cuando se sale de lo escrito por Kane mantiene una posición clara, poniendo a sus actrices, por ejemplo, a interpretar «Gracias a la vida» de Violeta Parra (quien también se quitara su propia vida).
Vacío de elementos que no sean sus actores, lo impresionante, y debería decir emocionante también, del trabajo de la compañía Bestiario Teatro es la absoluta entrega a manos llenas. De trazo que pide de ellos hasta el último gramo de energía y que se despojen de sutilezas, la intensidad que emana desde el escenario electrifica la sala. El de Álvarez Robledo no es un montaje pasivo, un subibaja de matices, es una arrolladora de constante estruendor que de principio a fin se mantiene en tempestad sin jamás pasar por el ojo del huracán. La cosa es, eso que en otras puestas se podría entender como «demasiado», en Psicosis 4.48 es la única manera de hacerle honor a lo que Kane pretendía vociferar sin intención alguna de maquillaje.
La otra persona que lo entendió de manera magistral es Sara Alcantar en la iluminación. Otro elemento desvestido de sutilezas que jugando con luz dura, rojos y sepias, llena de sombra el escenario, como quizá la misma depresión lo tragaría todo, sólo para dejar ciertos espacios, ciertos perfiles respirar iluminados, dándole una personalidad muy especial al espectáculo, y haciendo de las ya de por si llamativas figuras de la escena, francas obras de arte corporal en movimiento. Un trabajo que se puede degustar en parpadeos.
A Psicosis 4.48 uno va dispuesto a sentir con ojos y oídos abiertos. Tal vez también dispuesto a horrorizarse, a angustarise, sin duda. No es un festín feel good, eso es seguro, pero sí es un trabajo hermoso de una compañía muy joven que notoriamente hizo un trabajo de mesa preciso, digiriendo cada palabra, cada signficado, para luego transformar eso en voz y más importante en danza sin música, en ruido a través del cuerpo, conscientes de la inclemencia de su propia propuesta. Dispuestos a regodearse en el desagüe. Nunca dejará de ser precioso que se nos regale teatro tan apasionado, tan sin filtros.
Psicosis 4.48 se presenta los domingos a las 6:00pm en Teatro La Capilla.