¿Qué es la monogamia sino un constructo meramente social? Somos Nosotros nos presenta una visión rara vez analizada del amor romántico a partir de una comedia que amarra a un grupo de personajes a la pregunta, ¿es realmente necesario ser únicos el uno para el otro, o le podemos empezar a llamar necedad?
Vestidos todos de rojo, porque si vamos a hablar de amor y vamos a cuestionar sus maneras, mínimo algo de ilusorio hay que dejar en su lugar, dos parejas y un tercero se enfrentan contra la muy madura posibilidad de que el contrato de monogamia sea un hábito arcáico que mantenemos en uso por absoluta fuerza de inercia. Lo que no implica que tirarlo a la basura sea sencillo, pero hablando se entiende el ser humano.
Tras diez años de casada una mujer comienza a sentirse peligrosamente movida por un compañero de su club de lectura, que definitivamente no es su esposo. No le es infiel, pero en su corazón ya hay dos personas que empiezan a convivir de manera poligámica sin que ella pueda… o quiera detenerlo. Su solución antes de traicionar al hombre que eligió como compañero de vida es confesarle toda la verdad, verdad que él recibe como bomba, y en la tradición monógama toma como una afronta.
Sus mejores amigos no están en un mejor lugar. Él se quiere tomar «unas vacaciones» de ella para poder tener sexo con otras, quitarse la curiosidad de encima y luego regresar con su mujer desahogado y sin ideas de infidelidad. Ella, en la tradición monógama, se siente insultada y aterrorizada con la propuesta. Claro, acepta que sentirse atraída por otros aún estando enamorada de su esposo es una cosa normal, pero rechaza la idea de llevar la fantasía a un plano de realidad.
Atrapado en medio está el osteópata del club de lectura. El otro. Un hombre soltero que ni la debe, ni la teme, que creía estar flirteando con una mujer libre y sin compromisos, sólo para enterarse que está casada y con hijos, y que muy a pesar de lo que eso suela implicar, está dispuesta a darle un lugar en su vida, su cama y su corazón, si él acepta ser parte de un acuerdo en el que no va a ser el único a su lado.
Todos tienen mucho que considerar, pero lo cierto es que Macarena del Mastro y Marcelo Caballero (dramaturgos) juegan al abogado del diablo sobre un tema que pareciera llevar siglos sin evolucionar hacia ningún lugar en el ámbito más conservador, donde las relaciones abiertas y el poliamor aún son vistos con desdén, pero en otros círculos más dispuestos se ha abrazado la idea del «vínculo» como algo que requiere de amor, cariño, cuidado, respeto, pero no fidelidad monógama.
Somos Nosotros ha sido un éxito en su originaria Argentina y en Miami, y ahora en México pide que dejemos descansar aquello con lo que se nos ha educado desde siempre, ese amor ideal del felices para siempre que se nos ha vendido en cine y tele desde que somos chiquitos, para abrirnos a la posibilidad de que en el corazón cabe más de una persona en simultáneo, o de que las relaciones sexuales y las afectivas no siempre van de la mano. Será para unos, para otros no, pero lo cierto es que destigmatizar a las parejas que optan por contratos menos restrictivos hoy parece importante.
Ariel del Mastro (director) se rodea de un elenco sumamente ejercitado en la comedia: Tato Alexander, Mario Alberto Monroy, Ana González Bello, Antonio Alcántara y el new comer Jhans Rico con un sólo problema, los primeros cuatro, todos, son de personalidades grandes y estilos desbordados, que en comedia saben lo que hacen y funcionan maravilloso de manera individual, pero aquí acaban volviéndose una amalgama de personajes que parecieran reaccionar igual a estímulos similares sin mucho delineamiento qué los haga diferentes los unos de los otros.
Jhans Rico que juega al aterrizado del grupo es un respiro de modulación en un elenco en el que, sí, todos tienen momentos sumamente graciosos y cada uno es adorable en su crisis descarrilada, pero no pintan con matices las escenas que una tras otra están llenas de gritos altibos, gestos enormes y aspavientos. Y resulta curioso que muchos de los momentos en los que cobran la risa del público, sean aquellos en los que responden con mayor recato. Tino silencioso.
A pesar de lo hyper la historia se coloca en su lugar. El cuestionamiento a las relaciones como constructo social de reglas anacrónicas atraviesa y cubre lo que necesita cubrir. Provoca risas incómodas y reflexiones. Provoca entenderlos a todos y al mismo tiempo quererlos sarandear en impaciencia. Provoca ponerte en sus zapatos y pensar en el ¿yo qué haría? Porque es una gran pregunta. Si la persona que te juró matrimonio ante los ojos del mundo, un día, cándidamente, te propone abrir la relación porque desde otro lugar le están moviendo el tapete, pero no ha dejado de quererte a ti tampoco, ¿tú qué harías?
El escenario en Foro Lucerna es sencillo, cubos de luz que hacen las veces de todo tipo de objetos, y una iluminación que baña de blanco casi todo el montaje, pero tiene guiños muy bonitos cuando se decide a retratar el interior de un coche de noche, por ejemplo, o un monólogo interno que se nos va a presentar a cuarta pared en tonos azules o rojizos. Minimalista con momentos de repunte que, en todo honestidad, así como el vestuario hace, hubiera podido jugar sutilmente con el cliché de lo que nuestros ojos perciben como romántico. ¿No es eso el entero punto?
Somos Nosotros no es forzosamente la clásica comedia de enredos entre parejas. De ésas hay muchas y pocas veces traen algo nuevo a la mesa. Somos Nosotros es la hermana rebelde de todas ésas, la que sí, desde un lugar poco pretencioso y ligero, porque tampoco es una tesina en el amor, retrata las relaciones en pareja -que siempre serán tema- sin pretender regresarse al lugar común en el que un él y una ella tienen una sola manera de funcionar y encontrar su final feliz, su complemento. Y ahí lo valioso del texto. En un país en el que obra tras obra la familia tradicional sigue siendo reina aspiracional, la producción que atreve a no burlarse de otros modelos, pero encontrar comedia en la incomodidad de adoptarlos, ya hizo su trabajo.
Somos Nosotros se presenta viernes, sábados y domingos en Foro Lucerna.