Un Acto de Dios (An Act Of God) es una comedia escrita por el americano David Adam Javerbaum, destacado por sus guiones para la televisión y la cuenta ficticia de twitter @TheTweetOfGod, de la cual surge la idea de escribir esta obra, protegonizada originalmente por dos grandes de la comedia estadounidense: Jim Parsons, Sheldon en The Big Bang Theory, y posteriormente Sean Hayes, mejor conocido como Jack de la serie Will & Grace.
En Octubre del año pasado Un Acto de Dios, fue estrenada en nuestro país con la presencia escénica del conductor Horacio Villaobos y la dirección de la también actriz Pilar Boliver.
A simple vista, la versión mexicana podría tener todo en su contra si aplicamos el juicio de que, de entrada, Horacio no es actor; pero la verdad de las cosas es que es justo ahí que radica su valía. Les cuento:
La premisa es sencilla. DIOS decide hablar con el pueblo mexicano para cambiar los 10 mandamientos ya por todos conocidos “porque pues los otros, simplemente ya no sirven”, así que toma el cuerpo y voz de Horacio Villalobos, quien sin saberlo, expone los verdaderos actos hechos y dichos por él sin el embellecimiento de la escritura de La Biblia, logrando a partir de la auto confesión, perfilar un personaje humano, con conflictos, problemas y una dualidad sumamente humana alejándose del ser eclesiástico, pero sin llegar a ser cursi.
La dirección, por su parte, trata al intérprete de una manera técnica y logra no hacer de Horacio un actor, sino convertirlo en un vehículo de lo que el texto y su autor quieren expresar con la perfecta conservación de humor ácido y cruel, lo cual suma y complementa la identidad del espectáculo y sus creadores al no abordar sin miedo en la comedia el discurso rudo que se trae de manufactura -que empata muy bien con las percepciones sociales y religiosas de actor y directora- siendo esto el verdadero acierto de la puesta; nada está forzado y, al contrario, todo encaja a la perfección.
Un acto de Dios, en la versión de Villalobos y Boliver, plantea un plano escénico donde se vale meterse con el México de hoy y siempre, con su religión castradora e incluso con el público, pero estableciendo también, un terreno de juego que no pretende ofender, sino simplemente hacer un crítica puntual, sana y llena de carcajadas. La puesta en escena termina siendo para todo público con la libertad y el libre albedrío, tal y como DIOS lo hubiese querido.
Cabe destacar el diseño escénico y la increíble iluminación de Sergio Villegas que acentúan y dan vida de una manera brillante a este montaje.
Un Acto de Dios se presenta viernes, sábados y domingos en el Teatro Xola Julio Prieto.
No olvides tú también calificar la obra con las estrellas aquí abajo. ¡Queremos saber tu opinión!