Tras el escándalo protagonizado por Harvey Weinstein y una nueva demanda que acusa a la compañía de haber permitido el comportamiento de acoso sexual en uno de sus socios, The Weinstein Co. anunció este domingo que se declarará en bancarrota.
Todo parecía salvado para The Weinstein Company luego de que los inversionistas Ron Burkle y Maria Contreras-Sweet hubieran aceptado comprar la compañía por $500 millones de dólares, pero justo cuando el trato estaba por hacerse público, el Fiscal General de NY, Eric Schneiderman interpuso una nueva demanda contra la compañía, acusándolos de haber apoyado a Harvey Weinstein en sus conductas sexuales inapropiadas, y quejándose de que los nuevos inversionistas pretendían darle el puesto de CEO a David Glasser, quien fungiera por muchos años justo debajo del mismo Harvey.
Habiendo sucedido esta demanda, la firma de contrato con los nuevos inversionistas se retrasó a tal grado que el día de ayer, la junta directiva de The Weinstein Co. se vio obligada a anunciar que se declararán en bancarrota por falta de flujo de efectivo.
En una carta dirigida a Burkle y Contreras-Sweet la empresa anuncia: «En los cuatro días desde nuestra última junta, nosotros y nuestros asesores hemos trabajado incansablemente para finalizar un acuerdo que presentar al Fiscal General para su aprobación. A pesar de que accedimos virtualmente a cada petición que ustedes hicieron, nosotros dejamos claro que la única cosa que la Compañía necesitaba, en fomento de su buena fe, eran fondos provicionales para mantener vivo el negocio y poder pagar a nuestos empleados. (…) En su lugar, ayer ustedes nos regresaron documentos incompletos que desafortunadamente no cumplen sus promesas. (…) Basados en los eventos de la semana pasada, debemos concluir que su plan de comprar esta compañía era ilusorio y sólo iba a dejar a esta empresa cojeando hacia su final y el detrimento de sus constituyentes. La Junta Directiva no va a permitir que eso suceda. (…) Aunque lamentamos que sus acciones nos lleven a este penoso resultado con nuestros empleados, acreedores y víctimas, ahora procederemos con la única opción viable para la Junta Directiva para maximizar el valor que queda de la Compañía: un proceso de orden de bancarrota».
Definitivamente estamos viviendo el final de uno de los estudios de cine más importantes de Hollywood, acreedor de más de 80 Óscares para sus producciones y actores desde 1990.