Te contamos un poco de lo que nosotros vimos el día antes del estreno para que decidas si Grinder El Show es para ti…o no.
Vamos a poner una cosa en claro antes de entrarle de lleno a hablar de Grinder el Show. ¡Grinder el Show no es Los Miserables ni pretende serlo! Es más, ni siquiera estamos seguros de que califique como obra musical, si no más como espectáculo cabaret. En ese sentido, todo lo que digamos del show está medido bajo esa premisa y el entendimiento de que ésta no es una puesta como la que te esperabas.
Habiendo dicho eso, Grinder el Show es un espectáculo de risas continuas para el público amante de RuPauls Drag Race o Desde Gayola, un proyecto que sabe que está sentado en un intermedio incómodo entre un musical y un show de animación de antro gay, y que lo aprovecha a su favor burlándose no sólo de su audiencia (de esa manera medio «perra» que a los gays nos encanta desde que existe Bianca del Rio) pero también de sí misma como espectáculo y de sus personajes.
En pocas palabras, es un show que no se toma en serio a sí mismo y tú tampoco deberías. Es para reír, para proyectarte, para espejear a tus amigos y para recordar que la comunidad gay -especialmente gays hombres- está tan repleta de dinámicas, chistes locales, slang e instintos de supervivencia tan ridículos que cuando los consideramos detenidamente, por supuesto no queda de otra más que reírnos de ellos.
Al centro del espectáculo está Tanya Valenzuela de La Jaula de las Locas, representando a la mismísima Grindr (la app, aquí llamada Grinder con «e» porque derechos de autor), una especie de amazona drag queen con pocos pelos en la lengua y menos ganas de soportar le melosa jotería. Acompañada de su fiel polla (literal un pollo de plástico), Grinder se dedica a guiar a los personajes de la obra por el camino más oscuro de la sexualidad y a antagonizar con el público de la manera más divertida -es decir, sí, no te baja de «pendeja», pero no quieres que deje de hacerlo.
El espectáculo se complementa con anécdotas muy básicas del tipo de clichés que uno encuentra en Grindr (o en el antro, si a ésas nos vamos) y números musicales con coreografías y letras para los poco sensibles -o sea, si escuchas la palabra «pasiva» y te tapas los oídos, las canciones no van a ser santo de tu devoción, porque se van mucho más allá que eso.
En realidad no hay una historia como tal y los personajes son más un pretexto para poder recrear a esos tipos de gays que sabes que conoces (o eres) y que resultan oro para la comedia que seres de carne y hueso con una narrativa clara y un arco dramático como el que verías en otras obras. Pero eso a quién le importa cuando en algún momento los disfrazan a la muppet de enfermedades venéreas y los ponen a bailar en onesies con pelos en la entrepierna.
Así que en pocas palabras, ¿ver o no ver Grinder el Show?
Claro. Ve, lleva a tus amigos, tómense unos shots antes de ir, vayan a pasársela bien como se la pasarían con el espectáculo drag de La Perla, pero dejo una anotación al pie: tal vez no sea para heterosexuales o gente de la comunidad gay que no disfrute tanto del «ambiente». Pero igual eso ya lo sabías desde el título.
Grinder el Show se presenta los miércoles a las 8:30 en el Teatro Wilberto Canton SOGEM.