Como Santiago, Ricky Rojas se para todas las noches en el escenario de Moulin Rouge! a representar a la comunidad latina y hacerlo sin ninguna clase de estereotipo.
Está helando en Nueva York. Es diciembre, lo que significa que el invierno en realidad acaba de comenzar y aún nos esperan meses peores. En las marquesinas de Broadway, Moulin Rouge! se enciende con todo el colorido posible desde el Teatro Al Hirschfeld y es la sensación de turistas y locales por igual.
Así como la película de Baz Luhrmann hizo en 2001, la producción teatral dirigida por Alex Timbers con arreglos musicales de Justin Levine, lleva a la audiencia a vivir un cuento de amor imposible a la Romeo y Julieta, donde una prostituta se enamora de un pobre escritor, al cual no se puede entregar por completo porque ya ha sido prometida como juguete para las fantasías de un pomposo aristócrata. Y la fantasía se vive como en una especie de burlesque de ensueño donde las acrobacias a la Cirque du Soleil se mezclan con música, coreografías, canto y vestuarios que parecen salidos de una París en LSD, y el resultado es magia.
En medio de todo eso, Ricky Rojas, un actor nacido en Chile, pero cuya vida fue hecha en Australia desde muy chico y que para Broadway ha trabajado en musicales como Sister Act, Grease y Flashdance, se pone la capa del superhéroe bohemio, que en la película recordarán como el argentino con narcolepsia, y noche tras noche defiende los ideales de belleza, verdad, libertad y amor con música de Lady Gaga, Adele, Sia y Rihanna.
«¿Cómo estás?», lo saludo después de la función.
«¡Fantástico! Un poco frío, Bueno, no, hace mucho frío, tuve que comprarme un nuevo abrigo y nuevos zapatos para prepararme para el invierno, sí», contesta con un denso acento australiano, que a momentos abandona para soltar una que otra frase en español.
Oye, pues antes de empezar quiero decirte que vengo regresando de ver Moulin Rouge! y me pareció increíble.
Muchas gracias! Thank you very much.
¿Qué recuerdas tú de la película original de Moulin Rouge de Baz Luhrmann?
Yo ya estaba viviendo en Australia para cuando salió y recuerdo que nunca había visto algo parecido. De verdad era fantástica. Y desde ese entonces pude ver lo increíble que era el papel que ahora interpreto, el de Santiago. Un buen personaje hispano que no se veía en todos lados y que era una cosa refrescante, un personaje positivo lejos de estereotipos.
¿Cómo llegaste al musical?
El show llevaban años tallereándolo y ya habían hecho audiciones para mi papel, pero supongo que no estaban felices con lo que encontraron, o con la dinámica, tal vez porque es un papel muy específico que les estaba costando trabajo encontrar a la persona adecuada. Así que decidieron hacer audiciones en Londres, que es donde yo estaba viviendo en ese tiempo, fui con el director de casting, que a su vez mandó mi grabación a Nueva York, la vieron, vieron algo ahí que les gustó y me llamaron para terminar de hacer el taller y la audición final ya en Nueva York. Luego obtuve el papel y estrenamos previos en Boston, básicamente esa es la historia.
¿Cuál fue tu primera reacción al ver el escenario, el corazón gigante, el elefante, el Molino?
Ni siquiera te tienes que ir tan lejos a ya todo montado, recuerdo que cuando llegamos al teatro en Boston por primera vez, entramos y realmente quedamos con la boca abierta, todos, ya sabes, bocas abiertas. Estábamos impactados por lo bello que había quedado el set, te robaba la respiración, nos quedamos sin palabras. Y luego verlo ya con todo lo demás sólo terminó de amarrarlo todo de manera perfecta, que creo que además hace un bonito homenaje a la película.
¿Cómo es para ti habitar este mundo francamente de fantasía toda la semana?
Difícil. Es como si te dispararan de un cañón todos los días. Tal vez es porque la película era tan elevada, con los personajes, con todo, todo era exagerado y en tu cara, escenas frenéticas, con la edición, y transferir eso al escenario no fue fácil, justo porque también tenemos que crear ese nivel de realismo aumentado que de verdad te saca de todo lo que conoces en todos los sentidos. Coreográficamente y emocionalmente creo que es el show más difícil que hecho en mi carrera, definitivamente.
Hablando de coreografía, el número que amé fue el de Roxanne, que de hecho es muy distinto al de la película porque aquí a Santiago no le toca cantar, sino bailar. ¿Me puedes hablar un poco de ese número y si ya sabías bailar tango desde antes o lo tuviste que aprender para el show?
Crecí bailando un poquito. Hice un show llamado Burn the Floor, que era un show con baile de salón, y ahí a mí me tocaba cantar pero estaba rodeado de bailarines increíbles a los cuales les aprendí mucho de sólo verlos e imitarlos, de modo que para este show pude sacar mucho de ahí. Cuando estábamos ensayando las coreografías eso de verdad me ayudó mucho. Y sí, Roxanne es un número fantástico, Robyn Hurder, que interpreta a Nini, es increíble y la mejor compañera de baile para trabajar.
¿Pero tuvieron entrenamiento en tango?
No, como tal, tango no, pero obviamente Sonya Tayeh, nuestra coreógrafa, hizo que con este número puedas saborear el corazón de lo que es bailar tango, de lo que es estar pegado a una pareja, a una mujer, y esa pasión, todo eso ella lo integró en el número y se nota, y hace eco a lo que realmente es el tango, pero de una forma elevada como lo hizo la película, y como el musical hace con todo lo demás. Por eso es tan frenético y a Robyn le toca dar vueltas por todos lados.
También el número de Backstage Romance tiene mucho de tango, pero lo curioso es que en realidad es una canción de Lady Gaga, ¿cómo sucede esa transformación de géneros?
Justo eso es Moulin Rouge! Utilizamos canciones fabulosas del pop que fueron elegidas por Justin Levine (Director Musical y Arreglista) y su equipo creativo, y como actor sólo tienes que encontrar el corazón de las letras y buscar la verdad, ¿sabes?, para hacerlas funcionar dentro de la historia. Bad Romance, si realmente la escuchas y lees de qué trata la letra te das cuenta que es justo la relación entre Santiago y Nini, de modo que cantarla y llevarla a ese lugar donde pudiera ser usada como herramienta para continuar la historia no fue tan complicado.
¿Sabemos si Lady Gaga ya la escuchó? ¿Les ha dicho algo a ustedes?
(Rie) No sé si ya la escuchó, pero si ya lo hizo, espero que le haya gustado (Ríe). No nos ha dicho nada, con suerte en algún momento vendrá a ver el show, eso sería increíble, sería encantador poder conocerla porque somos grandes fans.
Los valores bohemios por los que se rige Moulin Rouge!: amor, verdad, belleza y libertad, ¿son importantes para ti personalmente? ¿Cómo haces para transmitir ese mensaje con tu trabajo?
Sí, creo que son ahora más importantes que nunca en estos tiempos que vivimos que pueden llegar a ser… de pronto no tan humanos. En el corazón de todo, la verdad, la belleza, el amor y la libertad, están al centro de todo lo que es bueno. Así que como actor, tener la oportunidad de contar una historia que celebra eso y que le va a entregar un poquito de esos valores a la gente es un lujo y un privilegio. Y hacerlo cada noche sabiendo que la gente va a salir feliz del teatro, realmente me hace pensar que el mundo es mucho más que estarnos buscando las diferencias, señalar lo que nos hace distintos, al final tenemos más en común de lo que creemos.
Cada vez vemos más papeles para actores latinos en Broadway, el trabajo de Lin Manuel Miranda, On Your Feet, vaya, muchos más que antes, ¿cómo es para ti hacer el papel de Santiago precisamente representando a esa comunidad latina?
Como dije antes, desde que salió la película, ver un personaje así que no está pintado de ninguna manera negativa, no es un delincuente, no está tatuado de todos lados, por decir algo, es un honor poderlo interpretar y enseñárselo a las personas. Creo, de hecho, que es un modelo a seguir. Hemos tenido a estudiantes de distintas escuelas venir, y ven a este personaje hispano y salen hablando de manera positiva de él, como actor eso es algo hermoso de escuchar.