No todo mundo está amando La Casa de las Flores, uno de nuestros colaboradores tiene mucho que decir sobre por qué él no se sube al tren del m*me y le dimos carta abierta para que se explicara:
Admiro a Manolo Caro, su trabajo, trayectoria, creatividad y constante interés por generar una consciencia mucho más abierta frente a la diversidad. Y claro está, La Casa de las Flores, su nuevo proyecto, es un digno ejemplo de lo antes mencionado.
Un drama disfrazado de comedia que no sólo resulta atrevido y entretenido sino que rompe con varios paradigmas y tabúes de la sociedad… tan Manolo Caro.
¿Pero qué pasa cuando todo lo antes mencionado no genera más que un par de risas? ¿Cuál es el objetivo real detrás de la búsqueda constante de consciencia social?
Es entonces cuando me cuestiono varios puntos que se tocan en La Casa de las Flores y que aterrizo a estas cuatro cuestiones:
¿Cuál es el mensaje detrás de la diversidad sexual?
Mucho gay, mucho travestismo, un transexual y nada más. No hay más que una constante por dejar claro que existe la diversidad, y si ese es el objetivo final, no lo discuto sino todo lo contrario, lo agradezco porque es necesario. Pero sin duda considero que dichos elementos se prestan para mucho más.
No obstante, la serie se llena de clichés como esa salida del clóset acompañada de una canción de Gloria Trevi, que me llevó a reflexionar si realmente el objetivo final dentro de todo el tema de diversidad era el de romper con el estereotipo o el encasillarlo aún más -peor tantito, esa escena me remontó a Los 40 el Musical, en donde utilizaron el mismo elemento para una salida del clóset bastante humillante y mediocre.
La novela disfrazada de serie moderna.
No sólo son muchos los elementos novelescos con los que cuenta la trama, que si bien es un formato interesante para narar esta específica historia, deja en evidencia la influencia de las malas telenovelas ochenteras en Manolo Caro, claro está, hasta con Vero Castro como protagónica.
Básica y un tanto predecible, sin mencionar una que otra actuación mediocre como de Televisa.
¿Por qué normalizar un acto de infidelidad?
Cuando alguien le es infiel a un ser querido, lo queremos matar. Pero cuando este acto lo vemos reflejado en una historia de ficción, siempre es justificado y perdonado porque suponemos que se trata del verdadero amor. Táchenme de anticuado pero hasta la fecha me molesta mucho el hecho de normalizar la infidelidad y en La Casa de las Flores resulta una constante que sirve de apoyo como elemento cómico entre los miembros de la familia, pues al menos cuatro de los cinco integrantes de la familia De la Mora son infieles durante la primera temporada.
El abuso constante de elementos
No creo haber sido el único que notó que en más de una ocasión, Manolo utilizó los espejos en la casa para filmar a sus actores a través de los reflejos y así dejar correr la escena entera. La primera vez me gustó, después de seis ya no resulta para nada atractivo.
Otro claro ejemplo es el exceso de desnudos innecesarios. Y no es que no agradezca las escenas de Julián (Dario Yazbek) y Diego (Juan Pablo Medina), sino que pareciera una constante con la intención de hacer notar que son más abiertos de mente y feministas, porque acá a los que se objetifican son a los hombres. Insisto, lo agradezco pero es innecesario.
Se nota que Manolo Caro tiene en sus manos la oportunidad de brindar un producto de calidad, con mucha apertura e inclusividad de por medio, con factores admirables como el diseño de producción de la serie, el vestuario y las actuaciones de grandes como Ceci Suárez (Paulina de la Mora) o Paco León (José María/María José) que siempre es un gusto ver, ¿entonces por qué nos está dejando con las ganas de algo con más cuidado al detalle?
Elementos repetidos y un tanto gastados quizá ya son parte del sello personal del creador y director. E insisto, admiro su trabajo, me gusta y me resulta entretenido, llamativo y atrevido. Pero también una parte de mí se tiene que poner crítica cuando veo que todo mundo habla de La Casa de las Flores como la más increíble de las producciones de Netflix, cuando Netflix sabe cómo hacer una House of Cards.
O ustedes, ¿qué opinan?